Doncic, el sueño del Niño Maravilla
El base esloveno, titular en el All Star con 20 años, deslumbra por su juego y los técnicos lo comparan con Bird y Harden. “No importa lo duro que deba trabajar”, afirma
by Robert ÁlvarezLuka Doncic lleva una temporada y media en la NBA y cumple 21 años dentro de dos semanas, pero ya sabe y soporta todo lo que conlleva el enorme peso de la púrpura. En consonancia con su apodo, Wonder Boy, El Niño Maravilla, no puede dar un solo paso fuera del foco mediático de la NBA. Las figuras del baloncesto acaban de aterrizar en la congelada Chicago, donde los hombres y mujeres del tiempo afirman que a 17 grados bajo cero se celebra el día de San Valentín más frío desde 1943, y el fenómeno esloveno acapara la atención mediática como el que más. La NBA, siempre con buenos reflejos y mucho oficio para poner en valor la excelencia de su gente, le saca brillo. El base de los Dallas Mavericks afronta un fin de semana cargado de compromisos, empezando por las ruedas de prensa y los incesantes actos de promoción que se derivan de su inclusión en el Partido de la Estrellas Emergentes y su titularidad en el All Star, ganada a pulso ya que fue el segundo jugador más votado, solo superado por LeBron James.
En medio del enjambre de cámaras, grabadoras y periodistas en la mesa que atiende a la prensa antes del entrenamiento del equipo Resto del Mundo para el partido de las Estrellas Emergentes, calibra la importancia de la cita. “Estar aquí es algo especial, un sueño desde que era pequeño. Lo disfrutaré. Todo ha pasado muy rápido, hace cinco años debuté con el Real Madrid (el 23 de abril de 2015 en la Liga ACB) y todo ha pasado muy rápido”, repasa. Y no lo duda. Lo que más añora del baloncesto europeo es el club que le echó el lazo cuando era un niño. “El Madrid me ayudó muchísimo. Fue difícil al principio. No hablaba español y a los 13 años mi inglés tampoco era muy bueno. Así que los primeros meses no hablaba con nadie. Luego me adapté”.
Esa facilidad de adaptación y mejora ha sido también en la NBA una virtud esencial. Rompió moldes en su primera temporada y fue el Novato del año con estadísticas con muy pocos precedentes. Y pese a tan alto punto de partida, esta temporada ha pulverizado sus propios récords y los de muchas de las estrellas de todos los tiempos. Es el sexto en la lista de máximos anotadores, con una media de 28,9 puntos, casi ocho más que la pasada temporada, el tercero en asistencias, con 8,7, casi tres más que entonces, y el 17º en rebotes, con 9,5. Son progresos siderales, a los que hay que añadir que comparte con LeBron James la lista de jugadores con más triple dobles, con 12.
Le postulan ya como uno de los favoritos en la carrera al MVP de la temporada junto a Giannis Antetokounmpo, ganador la pasada campaña, LeBron James y James Harden. “No creo que esté en la posición de ganar el MVP”, matiza cuando le preguntan por ello. “Pero prefiero ganar el anillo antes que el MVP”. Y en esa línea se exige y exige. “Espero un poquito más de los Mavericks (séptimos en el Oeste). Tenemos mucho trabajo que hacer y podemos llegar lejos. Sí, desde el principio hice clic con Porzingis, pero tenemos muchas cosas que mejorar. Sigo pensando lo mismo que hace un tiempo. En lo físico es donde tengo más que mejorar”, explica el jugador, que el pasado verano adelgazó nueve kilos (pesa 98 y mide 2,01 metros) para intentar defender mejor y ser más rápido en determinados movimientos .
La mentalidad de trabajo constante para mejorar y de dedicación plena al baloncesto es la que transmiten algunas de las grandes figuras como LeBron y Giannis Antetokounmpo. “Si te gusta el baloncesto, no te importa lo duro que tengas que trabajar”, suelta Doncic, muy en la línea de lo que pregonaba Kobe Bryant, el jugador a cuya memoria se dedicará el All Star. “Lo que hizo dentro y fuera de la pista es algo que nos impactó a todos. Lo echaré de menos”, sentencia el 77 de los Mavericks.
El legendario jugador de los Lakers, fallecido en accidente de helicóptero el 26 de enero, mantenía una tesis que le inculcó a D’Angelo Russell, uno de sus alumnos aventajados (ahora en Minnesota) y que publica un número especial de Sports Illustrated: “Le decía: ‘Si te gusta el juego, también ganarás. No puedes ser derrotado’. Porque la realidad es que a muchos jugadores no les gusta el juego. Es un trabajo para ellos. Y cuando algo es un trabajo, puedes tener éxito una semana, dos, un mes, tal vez un año, incluso dos. Luego caes. Es inevitable. Pero si te gusta, no te pueden parar. Porque cuando amas algo, siempre vuelves a ello. Siempre te haces preguntas, encuentras respuestas, y vas al gimnasio. Hay gente que intenta compaginar ese amor con otros intereses, pero no es posible”.
Doncic está en el centro de la diana para lo bueno y, a veces, también para lo menos bueno. Así lo demuestra un episodio reciente. Durante el tercer cuarto de su partido el pasado miércoles ante Sacramento, Luke Walton, el entrenador de los Kings, enojado por el arbitraje y la técnica que le señalaron, se acercó y le soltó: “¡Eh Luka, hazme un favor, fírmale un autógrafo (al árbitro). Es un fan tuyo!”. El base de los Mavericks reconoció tras el partido que Walton le había dicho algo que no le gustó. El entrenador de los Kings se disculpó: “Tengo todo el respeto del mundo por él. No estaba diciéndole nada a él. Es un gran jugador y ha llevado a la victoria a su equipo. Así que démosle el crédito que merece”.
La propia fijación de Walton por Doncic da la medida de lo que esta temporada está influyendo su juego en la Liga. Y la atención y elogios que recibe de la mayoría de entrenadores. “Está sin discusión en la pelea por el MVP, lo que es algo remarcable para un jugador de 20 años y en su segunda temporada. Hace mejores a sus compañeros”, dice Terry Stotts, el técnico de Portland. “Parece como si llevara cinco años en la NBA. Es impresionante lo joven que es y lo que está haciendo por los Mavericks”, evaluó Doc Rivers tras el partido con los Clippers. Y Steve Kerr amplía: “Es un jugador maravilloso. Tiene una cualidad increíble para estar un paso por delante de lo que pasa en la cancha. En ese sentido, me recuerda un poco a Larry Bird. Y también posee movimientos parecidos a los James Harden. Es muy importante para la NBA. Será una de las piedras angulares de esta liga durante mucho tiempo”, sentencia el entrenador que llevó a los Warriors a tres títulos en cinco finales consecutivas.