Tope donde tope
by Jaime BarreraAdemás de las acusaciones de chantaje a esta casa editorial por las publicaciones que se hicieron esta semana de la crisis de inseguridad y de violencia que al igual que en el país, padece Jalisco, el miércoles pasado el gobernador Enrique Alfaro, decidió también tronar contra el gobierno federal por los desacuerdos en torno al Instituto de la Salud para el Bienestar (Insabi).
Si bien a principios de año ponderamos positivamente la operación política y la rectificación que hizo el mandatario al dar marcha atrás al cobro a los transportistas de carga para que pudieran circular en la ciudad, con lo que se evitó el paro que tenían pensado realizar y que hubiera sido el primer gran conflicto público del año, es claro que esta semana, en su muy particular estilo de gobernar y de ejercer el poder, Alfaro volvió a apostar por la confrontación, por el tope donde tope que tantos sobresaltos le causó en su primer año de gobierno.
Con los reclamos hechos el miércoles pasado, fue claro que el convenio de coordinación entre el gobierno estatal y el gobierno federal que se presumió la semana pasada y que sustituía el pacto de adhesión al controvertido Insabi, se cayó.
El gobernador acusó al gobierno de la 4T de no haber cumplido su palabra en ese convenio y con lo acordado directamente con Juan Ferrer, el director de este nuevo modelo de salud que sustituyó al Seguro Popular. Convirtieron ese documento en un “ataque a Jalisco”, dijo y embistió aún más. “A nosotros no nos van a asustar, ni nos van a amagar, ni nos van a apuntar con una pistola en la cabeza como lo pretende hacer la Federación”. También en su discurso en la Canaco donde abrió los foros rumbo a su proyecto de rehacer la Constitución de Jalisco, reprochó que el gobierno federal tampoco ha cumplido con recursos comprometidos para seguridad pública y educación. En el tema del Insabi, Alfaro reclama que mientras el gobierno federal está mandando el mismo presupuesto para salud a Jalisco, a la entidad se le está exigiendo una inversión de mil 700 millones, que dijo, significa triplicar lo destinado el año pasado en el presupuesto estatal.
Lo que habrá que ver es si el elevado tono de estos reclamos no termina por romper la tregua abierta hace justo un año, el 14 de febrero de 2019, entre Alfaro y AMLO, luego de los fuertes choques que tuvieron como candidatos en 2018 y como gobernantes a principios del año pasado.
Señales de si se refrenda o no esa tregua se verán sin duda mañana que López Obrador esté en los Altos de Jalisco para entregar una base militar a la Guardia Nacional, y más adelante si el gobierno federal cobra o no la factura a Jalisco y le entra también al tope donde tope, que en nada nos ayudaría como entidad.
jbarrera4r@gmail.com