Alejandro Zertuche: El romance empresarial con el presidente

Empresarios en México se comprometieron a verse más integrados en los esfuerzos para el desarrollo social y económico del país.

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Alejandro Zertuche FuentesFuente: Cortesía

Sin importar las formas que se llevaron y las percepciones del gremio político-empresarial, el capitán del barco llamado México invitó a los que parecían sus enemigos para participar en el trayecto 4T. Sonaba una cena romántica.

En el evento tuvimos la oportunidad de ver a empresarios regios, que no habían asomado su rostro en la política nacional, junto a los que siempre han apoyado a los que ocupan las sillas presidenciales.

En la cena que se llevó a cabo en Palacio Nacional, a los empresarios se les invitó a participar apoyando el proceso de la rifa del avión presidencial, como lo había comunicado semanas atrás el presidente Andrés Manuel López Obrador. Muchos habrán pensado que no tendría foro de apoyo de parte de los empresarios, sin embargo pudimos ver que sucedió todo lo contrario. Aunque nadie a declarado nada sobre los montos de apoyo, el empresario regiomontano Carlos Bremer dejó muy claro que habría de sumarse a la causa cuando declaró “Vamos a estar hasta en las esquinas vendiendo cachitos”.

Días antes, El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) liderado por Carlos Salazar, lanzó una convocatoria para unirse a un proyecto llamado Dimensión Social, el cual tuvo buena respuesta de los diferentes gremios empresariales. En este proyecto del CCE, se lanzó un decálogo para el compromiso social por parte de los empresarios en México. En general se comprometieron a verse más integrados en los esfuerzos para el desarrollo social y económico del país. El décimo principio del mismo, es el que se relaciona con las autoridades y dice: “Establecer una relación responsable y propositiva con las autoridades; exigiendo siempre reglas claras y certidumbre jurídica y económica para las inversiones”.

¿Podrán enamorarse el capitán y los empresarios? ¿Será que ya empieza a despertar la necesidad de meterle mas motores al barco? ¿Hasta dónde se podrá acordar los beneficios para el país? No lo sabemos y sin importar las formas del llamado, ya que eso no es lo importante, sería bueno para México que ambas partes invirtieran en este país de manera conjunta y con una visión integral.

El gran reto es que ambos desarrollen un romance que abra la credibilidad de nuevo en las relaciones político-empresariales. El Presidente no puede solo y los empresarios no pueden hacer mucho si no hay compromisos con el gobierno.

En la fórmula también existe un tercer elemento que no fue invitado a la cena; el ciudadano. A nosotros nos toca cumplir como observadores y jueces conscientes. Mas allá de la rifa y su desenlace, nos toca cuidar este proyecto y a ambos bandos. Todo lo que se obtenga de esta nueva relación amorosa puede ayudar o perjudicar al país. Así que lo primero será que nos unamos participando e informándonos de como suceden las cosas. Al final no podemos perder de vista que lo importante es que México avance de una forma trasparente, equilibrando en lo posible la calidad de vida de los mexicanos.

Seguro tendremos de todo en este romance que debe incluir a los tres. Habrá quién no se comprometa completamente o quién le entre con todo. Habrá quién siga enganchado con el juego de la rifa del avión y habrá quien decida trabajar por México. Veamos el como sí hacemos que nuestro país se integre y funcione mejor. En caso de que no funcione bien el romance los ciudadanos seremos el mal tercio que se encargue de apuntarles y decirles en la cara si es que han fallado. ¿Quieres un cachito?

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.