Silva y Villa, Puerta y Ramos... once parejas del fútbol que enamorarían al mismo San Valentín
El fútbol es un deporte de equipo, pero también de parejas: estas son algunas de las más emblemáticas
by MundoDeportivo.comTodo es mejor si a un lado u otro del campo, aparece un compañero con el que asociarse y llegar juntos donde en solitario, seguramente, hubiera costado más o no hubiera sido posible. La historia ha ensalzado algunas de estas parejas por su juego, su compañerismo o su inexplicable conexión. Nombres que brillan más cuando uno se escribe al lado del otro. Abrazos, miradas, euforia, recuerdos… En LaLiga, Cupido también reparte juego.
Stoichkov y Romario
Romario aterrizó en el FC Barcelona en la temporada 1993/1994, revolucionando aún más el juego de un equipo que ya había aprendido a ganar, pero que con el brasileño firmaría una de sus victorias más recordadas, hat-trick mediante, contra el Real Madrid”. No exento de altibajos, su apoyo dentro y fuera del campo recayó en una de las personalidades más arrebatadoras del Dream Team: Hristo Stoichkov. Otro rebelde.
Ramos y Puerta
Desde 2007, el recuerdo de Antonio Puerta -el lateral del Sevilla F.C que sufrió una parada cardiaca en el césped del Sánchez-Pizjuán- sigue intacto en la memoria sevillista. Gracias a su amigo Sergio Ramos, quien le recordó en su camiseta al celebrar la Eurocopa 2008 (y cada año desde entonces), su huella perdura también en la de LaLiga y el fútbol general. Fueron compañeros de juego y amigos y, desde entonces, hermanos.
Puskás y Di Stéfano
Seguramente, una de las primeras grandes parejas de la historia del fútbol a nivel mundial. Dos figuras inmortales que imaginar en blanco y negro, como si la magia del Hollywood clásico también se cerniera sobre el terreno del juego del Real Madrid. No es casualidad, pues el húngaro y el argentino figuran siempre en el pódium de los goleadores del siglo XX. Al fallecer Ferenc Puskás en 2006, Di Stéfano no dudó en afirmar que “era mejor persona que futbolista”.
‘Cholo’ Simeone y ‘Mono’ Burgos
En LaLiga Santander, detrás de un gran técnico siempre hay un gran segundo entrenador. Una mano derecha sin la que sería imposible entender el juego de todo un equipo: sus victorias o sus derrotas. En el Atlético de Madrid, el ‘Cholo’ Simeone cuenta con Germán Burgos, el ‘Mono, como confidente, cómplice y corresponsable de la flamante última etapa del equipo colchonero, que ya les unió en el pasado como jugadores.
Messi y Pinto
José Manuel Pinto fue uno de los mejores amigos del delantero argentino durante las seis temporadas que firmó en el FC Barcelona. El portero andaluz no solo fue una de las figuras más carismáticas y queridas del vestuario, también fue confidente de Messi, compartiendo tiempo dentro y fuera de él. La sintonía entre ellos sigue intacta, tanto que el argentino no duda en compartir los lanzamientos musicales del ex guardameta, rebautizado artísticamente como Pinto ‘Wahin’.
Nihat y Kovacevic
Una de las parejas más prolíficas de la historia de la Real Sociedad es la formada por Nihat Kahveci y Darko Kovacevic. Una temporada -la 2002/2003- les bastó para entrar en el pódium de dúos letales de LaLiga. La sincronización del serbio con el turco se recuerda como una de las más intensas, responsable de que en la memoria donostiarra se recuerde aquel año como “el año del subcampeonato”.
Silva y Villa
La esperanza goleadora de la mejor selección española de la historia se fraguó en Mestalla. En las filas del Valencia CF, el canario y ‘el Guaje’ formaron una de las parejas más desequilibrantes de LaLiga. Entre 2009 y 2010, la delantera ‘ché’ desplegó a sus anchas todo su juego a las órdenes de Unai Emery. Su brillante sincronización fue la responsable de dirigir los pasos de la selección hacia el Mundial conquistado en 2010.
Muniain y Williams
Si quien tiene un amigo tiene un tesoro, Iker Muniain e Iñaki Williams son dos de los jugadores más afortunados del vestuario del Athletic Club. Una relación de amistad que va más allá del terreno de juego y, precisamente por eso, se deja notar -y mucho- dentro de él. Desde que coincidieran en la temporada 2014-2015, su complicidad no ha hecho sino aumentar. Para muestra, este test que LaLiga Santander les hizo al final de la temporada 2019-2020.
Joaquín y Denilson
El jugador más guasón e incombustible del Real Betis fue uno de los apoyos del brasileño, que llegó al club con la presión de ser el fichaje más caro del mundo hasta la fecha, en 1998/1999. Durante las cinco temporadas que coincidieron en el equipo verdiblanco, Joaquín y Denilson firmaron algunos de los momentos más recordados por la afición y otras divertidas anécdotas que el portuense ha compartido en más de una ocasión con el público
Riquelme y Forlán
Un argentino y un uruguayo enterraron el hacha de guerra lejos de sus selecciones al aterrizar en LaLiga. Con Juan Román Riquelme y Diego Forlán, y bajo las órdenes de Pellegrini en el Villarreal CF, el ‘submarino amarillo’ se vio capaz de toserle a los galácticos del Real Madrid y a hacer sombra al mismísimo Ronaldinho. Generosos entre ellos, fueron una de las parejas mejor compenetradas y letales con el rival.
Jarque e Iniesta
No todas las parejas se han hecho ‘grandes’ jugando en el mismo equipo. En el caso de Dani Jarque y Andrés Iniesta, su conexión nace cuando son solos unos niños, entrenando en las categorías inferiores de la selección española. El destino los llevaría hacia equipos rivales, RCD Espanyol de Barcelona y FC Barcelona, pero su amistad permanecerá siempre en el recuerdo cuando el mundo entero vio a Iniesta brindarle el gol de la victoria del Mundial de 2010 a su amigo Jarque, fallecido un año antes.
Munitis y Zigic
Los casi 40 centímetros que separan en altura a Pedro Munitis y Nikola Zigic les forjaron algunos de los apelativos más recordados por la afición del Real Racing Club: ‘el punto y la i’, ‘David y Goliat’ y, especialmente, el ‘dúo sacapuntos’. Los 2,02 metros de Zigic lo coronaron durante muchos años como el jugador más alto de la historia de LaLiga, una distancia que salvaba a la perfección para aliarse con los 1,67 metros de Munitis -para desesperación del equipo rival-.