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Pedro Sánchez en la celebración de su 44 cumpleaños, el último que celebró en año bisiesto. Fuente: Twitter

¿Por qué el presidente Pedro Sánchez es un 'leaper'?

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Hoy comienza el mes de febrero, el más corto y extraño (en su composición) del año, el único que muta cada cuatro inviernos para convertirse en bisiesto. Desde 2016 no teníamos una celdilla de 29 de febrero en nuestro calendario Outlook del móvil, una fecha que habrá reservado ya el actual presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, quien vino al mundo en Madrid precisamente un 29 de febrero (concretamente, el del año –bisiesto– 1972).

Soplar las velas del cumpleaños en tal fecha es una circunstancia realmente inusual (se calcula que solo hay 4 millones de personas en todo el planeta que pueden hacerlo), tanto es así que a esta minoría se la conoce por un nombre un tanto especial: los leapers, que proviene del término en inglés leap year, que significa año bisiesto.

Según la Sociedad Honorario de los Nacidos en Día Bisiesto, la posibilidad de nacer en esta fecha es 1 entre 1.461, pero han sido muchas figuras de renombre las que han atinado: además del actual presidente de España, el poeta inglés John Byron nació en tal día en el 1692, así como el mítico cineasta William A. Wellman, autor de Wings, el compositor italiano Gioacchino Rossini, en 1972, el cantante estadounidense Mark Foster y hasta el Papa Pablo III, en 1984.

Aunque podría ser considerado un día más en el calendario, con la particularidad de que aparece y desaparece, la realidad es que alrededor del 29 de febrero se han originado multitud de mitos y supersticiones a través de los diferentes siglos y civilizaciones. En la antigüedad, se creía que las personas nacidas en año bisiesto eran especiales, con poderes sobrenaturales. Además, las mujeres solo podían pedirle matrimonio a su pareja el 29 de febrero. Muy al contrario, siglos más tarde pasó a ser en la cultura popular una fecha asociada a la mala suerte, secundada con refranes como "Año bisiesto, año siniestro" o "Año bisiesto, ni casa, ni viña, ni huerto, ni puerto". Y es que, esta fecha se marcó negativamente por los diferentes acontecimientos históricos ocurridos en años bisiestos, ya que, casualidad o no, el hundimiento del Titanic, el inicio de la Guerra Civil española, el conflicto entre Irán e Irak, así como algunos asesinatos como el de Gandhi, Kennedy, Luther King Kennedy, Luther King o Lennon sucedieron en este año.

Continuando con las curiosidades, hasta hace muy poco, los bebés nacidos en este día no podían ser inscritos en el Registro Civil -aunque el hospital sí que archivaba la fecha-, ya que automáticamente el programa los ubicaba en el 28 de febrero o en el 1 de marzo. Además, para tramitar otros documentos también surgen complicaciones, ya que muchas entidades tienen el calendario fijado en el 28 de febrero. Otro de los hándicaps de los años bisiestos es que, ese día más, no se contempla en el calendario laboral. Por lo tanto, se trabaja un día más, pero no es retribuido.

¿Cómo es un 'leaper'?

No existe ninguna evidencia científica que sostenga que nacer en esta fecha implique algún tipo de cambio o diferenciación en la personalidad de las personas. No obstante, hay algunas teorías que explican que el hecho de convivir con ciertas particularidades, como el hecho de celebrar tu cumpleaños justo en el día que naciste solo cada cuatro años, puede marcar determinados rasgos en el carácter de los leapers.

Cuando son niños, no celebrar el cumpleaños siempre en la misma fecha, les puede producir una frustración cuando se comparan con sus amigos y compañeros. Por eso, una de las características de estas personas podría ser el desarrollo de una personalidad más fuerte. También suelen sentirse especiales, en el buen sentido de la palabra, o raros, si es al contrario. Y esto también suele hacerse notar en el caracter. Otras corrientes, sin evidencias científicas, señalan a los leapers como los elegidos, y por eso los clasifican como personas carismáticas o líderes.

Con todo, no sabemos si Sánchez, que este año cumplirá 48 años -o 12, según se mire-, coincidirá con los rasgos más propios de un learper, pero seguro que este 29 de febrero estará feliz de soplar las velas.