Las potencias europeas deben darse cuenta de que el acuerdo nuclear con Irán está muerto

Por: Majid Rafizadeh

Siete países participaron cuando se completó el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), también conocido como el acuerdo nuclear de Irán, en 2015: La República Islámica y el P5+1 (los EE.UU., China, Rusia, el Reino Unido, Francia y Alemania). Pero dos de los actores más importantes, que lideraron las negociaciones y finalizaron el acuerdo, fueron los Estados Unidos e Irán.

La administración Trump se retiró posteriormente del acuerdo nuclear en mayo de 2018 y Teherán abandonó sus compromisos en virtud del mismo este mes. Al haberse retirado los dos principales actores estatales del JCPOA, se podría suponer que debería ser considerado oficialmente nulo y sin efecto.

Pero el E3 (el Reino Unido, Francia y Alemania) todavía parecen ser reacios a abandonar el acuerdo. El jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo la semana pasada que las tres potencias europeas han “reconfirmado su determinación de preservar el acuerdo, lo cual es de interés para todos”, y estuvieron de acuerdo en que “se necesita más tiempo debido a la complejidad de los temas involucrados”. Añadió eso: “Por lo tanto, la línea de tiempo se extiende”.

Sin embargo, dado que Teherán ya no se adhiere a los términos del JCPOA, es difícil imaginar que haya realmente alguna “complejidad” en el tema. La verdad es que, desde que la administración Trump retiró a los Estados Unidos del acuerdo, el acuerdo defectuoso se ha mantenido en soporte vital por los firmantes europeos. Aún así Teherán ha presionado constantemente para que el E3 haga más, más de lo que son capaces de entregar, argumentan muchos.

Las naciones europeas siguen trabajando para mejorar el vehículo de propósito especial conocido como INSTEX, que esperan que permita a las empresas seguir comerciando con Irán a pesar de las sanciones de Estados Unidos. Sin embargo, su aplicación ha estado plagada de dificultades. Parece que cuanto más desafiante se vuelve el régimen iraní, más se esfuerzan los funcionarios europeos por garantizar que las sanciones se apliquen y que INSTEX sea viable y pueda proporcionar cierta protección a la economía del régimen. Esta es precisamente la reacción que buscan los líderes iraníes.

El E3 está socavando sus iniciativas y su influencia diplomática al someterse a las exigencias de Irán y al acobardarse ante su extorsión.

Reino Unido planteó recientemente la posibilidad de un nuevo “Acuerdo de Trump” para sustituir al JCPOA, pero el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Mousavi, rechazó la posibilidad de un acuerdo alternativo. Por supuesto, al régimen no le importaría volver al defectuoso JCPOA si los Estados Unidos levantaran todas sus sanciones. Después de todo, los términos del acuerdo nuclear estaban fuertemente a favor de la República Islámica: Las cláusulas de extinción habrían eliminado las restricciones al programa nuclear de Irán después de la expiración del acuerdo, mientras que los emplazamientos militares como Parchin, que según se informa es donde se lleva a cabo el desarrollo y la investigación nuclear del régimen, estaban fuera del alcance de los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica. Tampoco se hacía referencia al programa de misiles balísticos del Irán, que es un pilar fundamental de su política exterior y parece estar vinculado al programa nuclear. Y el tiempo de fuga de Irán, la cantidad de tiempo necesaria para producir suficiente uranio de calidad armamentística para una bomba nuclear, se fijó en sólo un año.

Además, en lugar de eliminar gradualmente las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU para garantizar el cumplimiento de Irán, todas las sanciones se levantaron el primer día del acuerdo, lo que dio a los mulás gobernantes una importante influencia y miles de millones de dólares de ingresos adicionales, que ayudaron al régimen a llevar a cabo su aventura militar en la región con más fuerza.

Las potencias europeas sí ejercieron cierta presión sobre el régimen iraní, como la imposición de sanciones menores a sectores del Ministerio de Inteligencia iraní y al viceministro de Inteligencia, Saeid Hashemi Moghadan, a la luz de las revelaciones del año pasado sobre los planes de asesinato de Irán en suelo europeo. Sin embargo, estas medidas no son suficientes, sobre todo si el E3 se inclina a seguir apoyando al JCPOA.

Después de que Irán decidiera retirarse de sus compromisos de acuerdo nuclear, las únicas acciones racionales y realistas que el Reino Unido, Francia y Alemania pueden llevar a cabo son adoptar una postura más dura hacia los mulás gobernantes, reimponer sanciones al establecimiento teocrático y remitir el expediente nuclear de Irán al Consejo de Seguridad de la ONU. Esta última es una de las mayores preocupaciones del régimen, ya que podría traer de vuelta sanciones paralizantes contra Teherán. Por ello, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammed Javad Zarif, amenazó recientemente con que, si los europeos enviaban el expediente nuclear de Irán al Consejo de Seguridad, Teherán también se retiraría del Tratado de No Proliferación.

El Reino Unido, Francia y Alemania deben darse cuenta de que el acuerdo nuclear de Irán está terminado porque el régimen lo ha abandonado. Ahora deben adoptar medidas apropiadas para contrarrestar el desafío nuclear de Irán.