Mercados de pases en tiempos de crisis económica
Se cierra una nueva ventana de transferencias en la que realmente muy pocos clubes se dieron el lujo de salir con plata a buscar refuerzos. Asoman tiempos de apuesta a los juveniles.
by Julián MichelesEn un par de horas se cerrará el libro de pases del fútbol argentino, en lo que probablemente fue el mercado con menos movimiento de los últimos tiempos. La situación económica del país impacta como nunca en los clubes y, sumado a la falta de grandes ventas, la plata escasea a la hora de salir a buscar refuerzos.
Para graficar con números, de los 24 equipos de la Superliga, hay 14 que no gastaron ni un peso en compras o préstamos a otros clubes, mientras que los que no recibieron ni una moneda en transferencias son 15. En esos dos listados, hay diez -casi la mitad de las instituciones- que se repiten: Atlético Tucumán, Huracán, Aldosivi, Talleres, Godoy Cruz, Banfield, Estudiantes, Gimnasia, Patronato y Arsenal no recibieron dinero por transferencias, por lo que tampoco tuvieron billetera para salir a buscar refuerzos. Los que salieron ganando en el balance son tres: Defensa y Justicia, Independiente y Colón se reforzaron a costo cero, pero lograron ingresos por transferencias.
La compra más cara de esta ventana fue la de Benjamín Garré, el jugador surgido de las inferiores de Vélez que llegó a Racing desde el Manchester City, a cambio de 2,5 millones de dólares por el 75% del pase, en una transferencia que corrió más por cuenta de la dirigencia que por pedido expreso de Beccacece. Y hay solo tres transferencias más que pasaron el piso del millón de dólares: San Lorenzo pagó cerca de dos millones a Defensa y Justicia por el 50% del pase de Uvita Fernández, al tiempo que recibió desde Vélez 1,5 millones de la moneda estadounidense por el 70% de la ficha que tenía de Mauro Pittón, el mediocampista ex Unión. Y sobre el cierre, la llegada de Zambrano a Boca, que también se dio por 1,5 millones de la moneda extranjera. A estos casos se suma Rosario Central, que gastó cerca de 1,5 millones pero en dos jugadores: Damián Martínez y el uruguayo Federico Martínez.
Sacando esos tres movimientos, apenas hubo otros nueve refuerzos por los que los clubes hicieron erogaciones de dinero inferiores al millón de dólares: Rosario Central (Federico Martínez y Damián Martínez), San Lorenzo (Alejandro Donatti), Lanús (Nicolás Morgantini), Argentinos (Elías Gómez y Matías Caruzzo), Unión (Jorge Zules), Newell's (Sebastián Palacios) y Central Córdoba (Cristian Chávez). Y nada más. El resto de los jugadores que llegaron a los equipos de la Superliga en estas semanas lo hizo mediante préstamos sin cargo o en condición de libre.
Ni Boca ni River, los dos clubes más importante del país y los que más ingresos generan, tuvieron billetera para salir a reforzar los planteles de Miguel Ángel Russo y Marcelo Gallardo. El caso del Xeneize llama la atención, porque en el último tiempo pareció ser la gran excepción del fútbol argentino, acostumbrado a intentar -con y sin éxito- contrataciones por elevados montos, y en el primer mercado de la nueva dirigencia encabezada por Ameal, se tendrá que conformar solo con Pol Fernández a préstamo y la llegada de Zambrano, por 1,5 millones de dólares. Es que encima, el Xeneize, que venía vendiendo jugadores en altas sumas de dinero, no ingresó ni un peso en este enero.
Lo de River ya se hizo costumbre de alguna manera. Tras aquella importantísima compra de Lucas Pratto, el Millonario ya no le hace honor a su apodo y cada vez gasta menos. De hecho, tuvo en este mercado la venta más importante (Exequiel Palacios, que le dejó al club 13,5 millones de euros limpios), pero de ninguna manera pudo utilizar esa plata para traer a alguien: apenas alcanza para cubrir un porcentaje del déficit que deberá levantar hacia mitad de año.
De los otros grandes, Racing es el que mejor estuvo en los últimos tiempos con muy buenas ventas que le permitieron también gastar para incorporar, San Lorenzo evidenció problemas económicos pero de a poco intenta recuperarse (estuvo muy cerca de vender a Gaich en una cifra que hubiese aliviado la tesorería del club) con la espalda de un dirigente como Marcelo Tinelli, mientras que Independiente, después de compras pasadas como las de Cecilio Domínguez o Alexander Barboza, se puso en modo gasto cero. El que mejor se reforzó, al menos en cuanto a nombres y jerarquía fue Estudiantes, que no gastó plata pero trajo a Javier Mascherano y Marcos Rojo, dos casos atípicos que el Pincha supo aprovechar. Otro caso es el de Vélez, que incorporó a un futbolista de muchísima jerarquía como lo es Ricardo Centurión, pero solo por el veto que tiene en Racing: ningún club podría pagar su pase.
En este contexto, el fútbol argentino se encamina a mercados de pases cada vez más austeros y la salvación estará puertas adentro. Para la gran mayoría de los clubes, por no decir todos, la diferencia la harán los juveniles que puedan surgir de las inferiores, para aportar una doble solución. En primer lugar, elevar la calidad del plantel ante la imposibilidad de encontrar variantes que lleguen desde afuera. Y por otra parte, terminar emigrando al exterior por cifras que representen verdaderos alivios para la economía de las instituciones que los formaron. Más que nunca apostar a las inferiores se volverá casi una obligación en el fútbol argentino, y los próximos años dejarán en evidencia a los mejores en este rubro.