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Imagen ilustrativa | Getty

Mató a su hijo drogadicto porque estaba cansado “del infierno” que le hacía vivir

Mario Zermoglio, de 74 años, disparó el pasado 26 de enero con una escopeta contra Fernando. El hecho aconteció en una localidad de Buenos Aires (Argentina).

De acuerdo con el diario Los Andes, el asesinato ocurrió exactamente en el barrio La Nueva Hermosura de Berisso sobre las 9:30 p.m.

Fueron los mismos vecinos de la zona los que advirtieron a la policía sobre el hecho, luego de que escucharon el fuerte disparo de la escopeta. En el lugar de los hechos fue encontrado sin vida Fernando Zarmoglio, de 44 años de edad, a pocos metros de su carro Chevrolet Corsa de color gris, con sangre en la boca, la nariz y la herida de bala en el hombro derecho, indica el mismo medio.

“Era adicto a las drogas, estuvo preso y podría tratarse de un ajuste de cuentas”, dijo en un primer momento el padre de la víctima Mario Zermoglio. Sin embargo, la fiscal Cecilia Corfield del caso aceleró la investigación y pidió el video de las cámaras de seguridad luego de interrogar a los vecinos, indica el rotativo argentino.

Allí encontró que fue el mismo padre de Fernando el que lo asesinó. “Se ve cuando el fallecido llegó al barrio, se bajó del coche y abrió una hoja del portón de hierro; cuando estaba por abrir la otra apareció el padre, le disparó un escopetazo y se fue”, agregó la fiscal, citada por Los Andes.

Al hacer el allanamiento a la casa del anciano, encontraron la escopeta de calibre 16 y 9 municiones sin disparar del mismo calibre, dentro de una bermuda azul y una toalla azul. A Mario no le tocó otra que confesar que había matado a su propio hijo.

Según relató el hombre a las autoridades de Buenos Aires, estaba cansado del infierno que Fernando los hacía vivir, a él y su esposa, “prácticamente inmovilizada”.

“Estaba harto de comprar teléfonos porque su hijo se los robaba para venderlos, le sacaba plata para drogarse o emborracharse, había amenazado con matarlos (a los padres) y un par de días antes le habían quemado en La Balandra el auto que Mario le había comprado para que lo trabajara como remís (taxi)”, añadió Corfield al mismo diario.

La fiscal Cecilia Corfield no pidió la detención de Mario Zermoglio al entender que no hay riesgos procesales que lo justifiquen, además porque dos familiares directos dependen de él, finaliza Los Andes.