'Brexit': Cómo hemos llegado hasta aquí
by RTVE.esEste 31 de enero, el Reino Unido abandona la Unión Europea. A partir de esta fecha se inicia una negociación para intentar alcanzar un nuevo tipo de relación. Si esto fuera una ruptura de pareja, habríamos llegado al momento en el que uno de los dos abandona el dormitorio para dormir en el salón pero aún no han arreglado los papeles para el divorcio.
Se pone fin a un largo proceso, iniciado con el referéndum de 2016 y seguido de una procelosa negociación que ha provocado profundas divisiones en la política británica. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Un referéndum histórico
2015. El candidato conservador, David Cameron, gana las elecciones con mayoría absoluta.Tras años de divisiones internas en su partido sobre la Unión Europea, entre euroescépticos y partidarios de permanecer en la UE, Cameron había prometido convocar un referéndum para que los británicos tuvieran la última palabra. Cameron espera repetir la jugada que le dio tan buen resultado con el referéndum sobre la independencia de Escocia, en el que más del 10% de los votantes votaron "No".
La agresiva campaña a favor de la salida contó con figuras como Boris Johnson, entonces alcalde de Londres, y el eurodiputado eurófobo Nigel Farage. Después se demostrará que la campaña, diseñada por el asesor Dominic Cummings, estuvo plagada de mentiras, como que la salida supondría una inyección de fondos para el Servicio Nacional de Salud.
La consulta se celebra el 23 de junio de 2016 y el resultado es histórico: los británicos deciden, con más de 1,2 millones de votos de diferencia (51,9% frente al 48,1%) abandonar la UE.
Mientras los leavers (partidarios de la salida) hablan de "día de la independencia", Cameron dimite: "No puedo ser el capitán de este barco".
El fracaso de Theresa May
Los consevadores eligen a Theresa May para sustituir a Cameron al frente del Gobierno. May, una remainer (partidaria de la permanencia), tiene la tarea de negociar el proceso de abandono del bloque comunitario. No va a ser fácil. Hay que tener en cuenta que los británicos han votado el qué (salir de la UE) pero no el cómo.
May se rodea de un gabinete que incluye a Johnson en Exteriores y crea la figura de un ministro especial para el Brexit. "Para el Reino Unido, una salida sin acuerdo es mejor que un mal acuerdo", advierte la primera ministra.
El 29 de marzo de 2017, May pide a Bruselas la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que da inicio a las negociaciones. A partir de ese momento, Londres y Bruselas disponen de dos años para negociar el divorcio, según establecen los plazos previstos en los tratados europeos. Por tanto, el Brexit debe producirse el 29 de marzo de 2019.
Pero May se complica la vida con un paso más: adelanta las elecciones creyendo que va a obtener una mayoría parlamentaria que le permita aprobar el divorcio con holgura. Se equivoca: pierde la mayoría absoluta y el Gobierno, enfrentado a un parlamento dividido, necesita del apoyo de los unionistas norirlandeses.
May llega a un acuerdo con Bruselas
A partir de aquí se suceden meses de negociaciones, de tira y aflora entre Londres y Bruselas y luchas intestinas en el Partido Conservador. En noviembre de 2018, las negociaciones dan fruto: ambas partes llegan a un principio de acuerdo técnico para la separación.
El acuerdo incluye un periodo de transición hasta diciembre de 2020 y prorrogable, la garantía de los derechos de los ciudadanos comunitarios y la posibilidad de solicitar la residencia permanente y una salvaguarda para evitar el restablecimiento de una frontera física entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
May necesita que el Parlamento autorice el plan, pero lo tiene difícil, incluso dentro de su propio partido. Los Comunes tumban el acuerdo hasta el dos ocasiones.
El centro de la dipusta política es la "salvaguarda irlandesa". Los tories euroescépticos aseguran que es una manera de mantener al país anclado a la UE y dentro del mercado único, mientras los unionistas norirlandeses la rechazan porque temen que les separe de Gran Bretaña.
Los problemas internos fuerzan a la primera ministra a solicitar una prórroga a Bruselas: la nueva fecha del Brexit se fija para el 31 de octubre de 2019.
Finalmente, y tras abrir incluso la puerta a un nuevo referéndum, May tira la toalla y dimite el 24 de mayo de 2019. "He hecho todo lo que he podido", asegura entre lágrimas.
Johnson: asalto final para el Brexit
Quien toma el relevo no es otro que el agresivamente leaver Boris Johnson. Tras ganar las primarias conservadoras por una arrolladora mayoría promete negociar un nuevo acuerdo con Bruselas e insiste en que, pase lo que pase, el país abandonará el bloque comunitario el 31 de octubre. Johnson descarta pedir más prórrogas ("preferiría morir en una zanja", asegura) y un Brexit duro (sin acuerdo) parece más probable que nunca.
Sin embargo, Johnson sorprende a quienes le consideraban un hooligan sin cintura para la negociación y el 17 de octubre anuncia un nuevo plan pactado con Bruselas. La salvaguarda irlandesa es sustituida por controles aduaneros fuera de la frontera en Irlanda, esto es, en aeropuertos y puertos.
Pero una vez más todo se empantana en el Parlamento de Westminster, que rechaza tanto los planes de Johnson como una salida sin acuerdo. El primer ministro intenta incluso eludir el veto de la cámara decretando la suspensión de las sesiones, lo que provoca una crisis institucional. Johnson se ve obligado a pedir una prórroga (la tercera), esta vez hasta el 31 de enero de 2020.
Finalmente, Johnson sigue el ejemplo de May y convoca elecciones con el lema "Let's get Brexit done" (Hagamos el Brexit). Esta vez, la jugada sale bien para el ocupante del número 10 de Downing Street: consigue una aplastante mayoría absoluta que le permitirá consumar sus planes.
Ahora sí, el Reino Unido se dirige firmemente hacia la disolución de un matrimonio que se inició con su adhesión a la Comunidad Europea, el 1 de enero de 1973.