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Detenido en la Comunitat al recibir cocaína por correo para probar si era viable esa forma de envío

El paquete contenía 132 gramos de droga de gran pureza y era una prueba para testar la posibilidad de establecer negocio

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La Guardia Civil ha detenido a dos personas, en Orihuela Costa (Alicante) y otra en Terrassa (Barcelona), por tráfico de drogas, al recibir un paquete con 132 gramos de cocaína de gran pureza. El envío era una prueba para testar la posibilidad de establecer un negocio. El instituto armado ha explicado que el detenido en Orihuela Costa fue interceptado cuando se disponía a recoger el envío postal, procedente de Panamá.

Los hechos se remontan al pasado día 10 cuando agentes de la Unidad Fiscal y Aeroportuaria (UAR), del Grupo de Carga Aérea del aeropuerto Adolfo Suárez de Barajas-Madrid, fijaron su atención en un envío postal, declarado como «documentos» y procedente de Panamá.

Tras un primer análisis, se pudo comprobar, a través de rayos X, que el contenido de dicho paquete presentaba unas características que llevaron a los agentes a pensar que podría tratarse de alguna sustancia estupefaciente. Contando con la autorización de la Administradora de la Aduana del citado aeropuerto, la Guardia Civil realizó un punzonado en el paquete, para analizar una muestra que resultó ser cocaína.

Tras la confirmación, el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid libró un mandamiento judicial acordando la circulación y entrega vigilada del paquete en cuestión, haciéndose cargo de ello, así como de la investigación posterior para el total esclarecimiento de los hechos, el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil del Pilar de la Horadada, competente en la dirección del destinatario final del envío, en Orihuela Costa.

Tras las gestiones de averiguación, se llegó a la conclusión de que tanto el nombre del destinatario como el del remitente del paquete eran ficticios. Por otro lado, se pudo constatar que el domicilio aportado para la entrega era una vivienda vacía en la que no residía persona alguna. De esa manera, el destinatario debía ser avisado para su entrega o para que tuviese que recoger el paquete en una oficina de correos. La investigación comprobó la identidad de una segunda persona implicada, que podría ser o bien un intermediario o el verdadero receptor del envío postal.

Finalmente, el pasado día 16 de enero, se procedió a realizar la entrega controlada del envío postal, por parte de los agentes, y con la connivencia de la oficina de correos. El receptor del envío se encontraba esperando en un vehículo. Al recoger el paquete, lo firmó con el mismo nombre ficticio al que iba dirigido. Inmediatamente, fue detenido por los agentes y trasladado a dependencias policiales para abrir el paquete.

Una vez detenido, el chico de 22 años y de nacionalidad colombiana, se identificó a la segunda persona, una mujer de 23 años y colombiana, residente en Terrassa (Barcelona). Hasta la ciudad catalana se desplazaron los agentes del Pilar de la Horadada para detención el martes 21. La investigación ha determinado que el envío era una primera prueba para un futuro negocio y que, tanto el responsable del envío como el destinatario tenían la intención de enviar hasta cinco paquetes semanales, cada uno de ellos la cantidad de 200 gramos de cocaína -un kilo a la semana-. El detenido, receptor del paquete, era el encargado de encontrar posibles compradores en la turística zona de Orihuela Costa haciéndose, así, una cartera de clientes.

Este primer paquete intervenido ha arrojado un peso total de 132 gramos, de cocaína de gran pureza. También le fueron intervenidos al detenido el vehículo en el que se desplazaba y dos teléfonos móviles, valorado todo ello en más de 11.000 euros. El primer detenido pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de los de Orihuela, quien decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, a la espera de juicio.

Esta cocaína intervenida, procedente directamente de Panamá, suele ser de una gran pureza, oscilando entre el 80-90%, lo que luego supone un gran beneficio económico para los distribuidores quienes, al «cortar» (adulterar) la sustancia estupefaciente consiguen multiplicar hasta por tres la cantidad inicial.