Cómo hacer tamales en casa en 4 horas y a bajo costo

Doña Conchita, quien lleva más de 20 años vendiendo tamales en la alcaldía Álvaro Obregón, nos comparte sus secretos en la elaboración de este tradicional platillo para el Día de la Candelaria

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CIUDAD DE MÉXICO

Doña Conchita, quien lleva más de 20 años vendiendo tamales en la alcaldía Álvaro Obregón, nos comparte sus secretos en la elaboración de este tradicional platillo para este 2 de febrero Día de la Candelaria o para cuando la ocasión lo amerite.

Para la elaboración de 30 tamales (20 de verde y 10 más de dulce) en 4 horas aproximadamente, lo primero que tenemos que hacer es acudir al molino de harinas y chiles más cercano a nuestra casa, pedir dos kilos de harina batida con sal y uno más sin sal para los de dulce (25 pesos cada kilo), así como un paquete de hoja de maíz (50 pesos) y un color rosita (5 pesos).

Una vez en casa, señala Doña Conchita, hay que darle otra batida a la harina, “para darle la consistencia, una batida de unos tres o cinco minutos y a la harina sin sal hay que agregarle el color rosita y ponerle unas 5 cucharadas de azúcar”.

Asimismo, hay que lavar con agua la hoja de maíz por ambos lados para que no queden residuos o basura.  

La salsa verde para los tamales se prepara con chiles verdes, tomate, ajo, cebolla, se muele y se sazona, después hay que dejarla enfriar”, explica Doña Conchita, quien a sus 62 años aún trabaja porque le gusta deleitar los paladares de sus clientes.    

Mientras la pechuga de pollo o maciza de carne de puerco se pone a hervir por una media hora y posteriormente se deshebra. “Todo esto de tener lo esencial lo tenemos que hacer en una hora aproximadamente”, señala.

Después viene la “envolvida” de los tamales, para ello puedes tomarte hasta 30 minutos, según la práctica y el talento, bromea Doña Conchita.

Agarras una hoja, le echas dos cucharadas de harina, la esparces por la hoja, y encima le pones la salsa y un poco de pollo o la carne de puerco, y finalmente se envuelve como si fuera un taquito. Los de dulce también se envuelven igual que los verdes, sin embargo, a mí no me gusta ponerles pasas, aunque si lo desean, adelante”, detalla. 

Una vez envueltos los 30 tamales, que “es lo que yo vendo por lo regular a diario, a 14 pesos cada uno, porque ya por mi edad ya no me da para más, pero tengo hermanas que venden hasta 200 diarios, y esto de los tamales nos lo heredó mi madre que en paz descanse”, comenta la sexagenaria. 

Bueno, pero esa es otra historia, verdad, entonces hay que acomodarlos en una vaporera y paraditos, se tapan y se ponen a cocer con agua hasta donde marque la vaporera. Hay que dejarlos dos horas en la estufa y con flama fuerte, eso es muy importante. Y listo, ya puedes comer unos deliciosos tamales”, finaliza Doña Conchita, quien vende este mangar prehispánico afuera de una escuela primaria de lunes a viernes. 

Para checar que ya estén bien cocidos, puedes sacar un tamal de la vaporera unos 5 minutos antes de que se cumplan las dos horas en la lumbre.   

Los tamales de verde y de dulce se pueden acompañar con bolillo, la famosísima “guajolota”, además de un rico atole de chocolate, arroz con leche, leche sola o incluso con café. 

 

 

La palabra tamal proviene del náhuatl tamalli

 

La palabra tamal proviene del náhuatl tamalli que significa envuelto, pero cada cultura los denomina de acuerdo con su idioma, por ejemplo, wati en totonaca, corundas y uchepo en purépecha, miiky en mixe, pictes y shascul en maya.

A la fecha se han registrado 370 tipos de tamal en la gastronomía mexicana, pero existen más de mil variedades en todo el país entre los que destacan el zacahuil, pata de burro, nacatamales, canarios, juacané, xocotamales, chanchamitos, guajolotas.

Además de tamales de frijol con rajas, tamales de atún, de güemes en Baja California, hechos con pasas y aceitunas; colados de gallina, de verduras, rellenos de carne de puerco o de pollo; las corundas michoacanas, de origen purépecha, servidas con queso, crema y rajas; y en el sureste y la península de Yucatán el dzotobilchay, envuelto en hojas de chaya y relleno de huevo, además de los chanchamitos o los vaporcitos.

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En la mayor parte de México, los tamales están envueltos en hoja de maíz, salvo algunos que lo están en hojas de plátano, hoja de carrizo y papatla u hoja de planta de maíz.

Existen también los que se elaboran con ingredientes locales como la iguana, el armadillo o el pejelagarto, el camarón y las tichindas o, en años más recientes, ingredientes gourmet o menos tradicionales como el queso de cabra, los hongos portobello o crema de avellanas.

Según la tradición católica, el Día de la Candelaria es la fecha en la que termina el periodo de Adviento y quienes que encontraron el muñeco en su rebanada de rosca de Reyes, inviten tamales para celebrar a la Virgen de la Candelaria; y para los pueblos indígenas, esa fecha marca el inicio del periodo agrícola con la llegada de la primera lluvia.

 

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