Tres policías salvan la vida a una bebé que se asfixiaba en el aeropuerto de Barajas
Los agentes consiguieron reanimar a la pequeña, de tan solo 18 meses de vida, después de que se quedara sin respiración
by EC/AgenciasSucedió el pasado 10 de enero, pero no se ha conocido hasta hoy. Ese día, segundo viernes del año, tres agentes de la Policía Nacional se convirtieron en héroes al salvar la vida de una bebé que solo tenía un año y medio de vida. Los hechos sucedieron en la Terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Los policías se encontraban trabajando en la T-4 cuando escucharon los gritos de varias personas pidiendo ayuda. Rápidamente se acercaron hasta el lugar para descubrir que una bebé se estaba asfixiando mientras se encontraba cenando con su madre, que pedía auxilio sin parar.
Los agentes se dieron cuenta de la gravedad de la situación y comenzaron a practicar la maniobra de Heimlich pensando que la pequeña se podía haber atragantado con algo. Poco después, la bebé recuperaba la consciencia y comenzaba a respirar de manera autónoma.
Le salvaron la vida
Tal y como informa Europa Press, la temperatura corporal de la pequeña era muy elevada, por lo que procedieron a quitarle algunas prendas. Después, colocaron un abrigo policial sobre ella para taparla y, junto a su madre, fueron trasladadas en un vehículo policial hasta el centro de salud del propio aeropuerto.
Los médicos que atendieron al bebé confirmaron que se encontraba "estable y fuera de peligro", lo que tranquilizó finalmente a la madre. La mujer quiso agradecer a los policías su trabajo por haber "salvado la vida" de su bebé.
Hace pocas semanas, una situación similar se producía en una comisaría de Lorca, en la provincia de Murcia. Un niño de cuatro años se había quedado sin respiración después de haberse atragantado con un trozo de comida. La rápida actuación de los policías permitió que el pequeño se recuperase rápidamente y, como en el caso del aeropuerto, todo quedara en un susto.
Un policía salva la vida a un niño de 4 años que se había atragantado en Lorca