Estrategias

La estrategia del Gobierno para las elecciones parlamentarias que deben celebrarse en este año 2020 está clarísima.

El Gobierno quiere repetir la misma estrategia utilizada en las presidenciales del año 2018. Es decir, unas elecciones que las gane la abstención y que las cobre el Gobierno.

El Gobierno conoce las encuestas. El Gobierno sabe que si la gente vota, pierde. Y el Gobierno no quiere perder. El Gobierno quiere perpetuarse en el poder así sea en contra de la voluntad manifiesta de los venezolanos que quisiéramos un cambio de gobierno pronto.

La estrategia está clarísima: convocar las elecciones lo más temprano que sea posible. Hacer algunos cambios cosméticos en la composición del Consejo Supremo Electoral. Aceptar un acompañamiento internacional inofensivo pero, sobre todo, lograr que la oposición no vote. Este es el punto más importante para la estrategia del Gobierno: Que la oposición se quede en su casa. Que la oposición contribuya con su abstención a que el Gobierno vuelva a apoderarse de la Asamblea Nacional.

En las presidenciales del año 2018 el Gobierno “triunfó” con una enorme mayoría en contra. El CNE le atribuyó al candidato del Gobierno algo menos de seis millones de votos. El electorado venezolano es de 20 millones de electores. Quiere decir que catorce millones de electores venezolanos no votamos por Maduro. Sin embargo, Maduro sigue en Miraflores. Ganó la abstención y cobró Maduro. Tan simple como eso.

Frente a las elecciones parlamentarias ordenadas por la Constitución Nacional para este año 2020 el Gobierno aplicará la misma estrategia. Dividir a la oposición, promover la abstención y recuperar la Asamblea Nacional con una abrumadora minoría de votos.

Fue incómodo para el Gobierno haber perdido por paliza la elección parlamentaria del año 2015. Ha sido incómodo haber tenido que lidiar con una asamblea dominada por la oposición: El plan de dominio creciente de todos los órganos del poder público les impone la necesidad de dominar también a la Asamblea Nacional. La única manera de lograrlo es convencer al voto opositor de que se quede en su casa.

Ya comentaremos, en un próximo artículo, lo que debería ser una estrategia acertada para la oposición. Para no dejarnos arrebatar la única de las tres ramas del poder público que ha logrado escapar al control del oficialismo: la Asamblea Nacional.