Emergencia climática
by Manuel Guzmán HennesseyPropongo una reflexión sobre el recurso de la emergencia climática. Debe ser un instrumento real, que facilite y acelere los cambios necesarios. Peligroso sería que se entendiera como un medio simbólico, únicamente pedagógico o mediático. En noviembre pasado la declaró el Parlamento Europeo, y ya van miles de ciudades, en más de 20 países, que han seguido la señal. Lo que se espera es que incremente la acción climática de los Estados, las ciudades, los ciudadanos, las empresas y la educación para enfrentar la amenaza. ¿Sucederá todo esto? Entre nosotros existe el recurso de la ‘urgencia manifiesta’. Se basa en la necesidad de actuar ante un hecho que requiere una respuesta administrativa rápida. La emergencia climática debería seguir esta lógica. Responder con sentido de urgencia ante las decisiones relacionadas con los riesgos climáticos del Foro Económico Mundial de Davos. Estos son: un clima extremo que causa daños a las propiedades y a las personas (se muere la gente por olas de calor, se pierden las cosechas, se compromete la seguridad alimentaria); falta de preparación de los gobiernos para mitigar y adaptarse a estos cambios (léase, en Colombia: precaria institucionalidad ambiental); daños al medio ambiente causados por humanos; colapso de ecosistemas y pérdida de biodiversidad y más catástrofes naturales, como terremotos o inundaciones. Los cinco primeros riesgos de la lista publicada la semana pasada son climáticos. La encuesta se hace anualmente a los empresarios que asisten al Foro. Y, este año, un 78,5 % cree que en 2020 aumentará el riesgo de confrontaciones económicas; un 78,4 %, que se incrementará la polarización política en los países, un 77,1 % prevé olas de calor extremas, y un 76,2 % ve probable la destrucción de ecosistemas y recursos naturales. Todo ello justifica la declaratoria de emergencia climática. Dije que me parecería peligroso que se entendiera como un medio simbólico, únicamente pedagógico o, peor aún, mediático.
Agregaría ese riesgo a la lista de Davos. Que la declaratoria en boga sirva para una lavada de manos internacional y disfrace el negacionismo y la inacción globales. ¿Considerarían los lectores que Australia debe declarar la emergencia climática? ¿Y tendrán, entonces, una posición coherente para acelerar el cambio de la economía del carbono? Si la emergencia climática no sigue la línea de la ciencia, no sirve.