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El PIB de Francia bajó un 0,1% en el cuarto trimestre lastrado por las huelgas

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El producto interior bruto (PIB) de Francia, la segunda mayor economía de la zona euro, registró en el cuarto trimestre de 2019 una inesperada contracción del 0,1%, frente al ritmo de crecimiento del 0,3% del tercer trimestre, según la primera estimación del dato publicada por el Instituto Nacional de Estadística de Francia (Insee), que refleja el impacto de las protestas generalizadas contra la reforma de las pensiones anunciada por el Gobierno de Emmanuel Macron.

De este modo, el crecimiento anual de Francia en 2019 se ha visto frenado al 1,2% desde el 1,7% registrado en 2018, una expansión en línea con la media de la zona euro y que duplica el ritmo de crecimiento del 0,6% en Alemania, aunque queda lejos del 2% anunciado este viernes por España.

El retroceso del PIB en el cuarto trimestre supone el primer dato negativo de actividad de la economía francesa bajo la presidencia de Emmanuel Macron, puesto que la última contracción trimestral se registró en el segundo trimestre de 2016, y refleja el impacto de las protestas contra la reforma del sistema de pensiones que paralizaron la actividad del país durante días.

Entre octubre y diciembre, el gasto de consumo de los hogares franceses disminuyó ligeramente al 0,2% desde el 0,4%, mientras que la formación bruta total de capital fijo se desaceleró al 0,3%, frente al 1,3% de los tres meses anteriores.

Por su parte, en el cuarto trimestre las importaciones retrocedieron un 0,2%, tras crecer seis décimas en los tres meses anteriores, y las exportaciones cayeron un 0,2%, frente al descenso del 0,3% del tercer trimestre.

"En general, la contribución de la balanza comercial exterior al crecimiento del PIB fue cero, después de una contribución negativa de 0,3 puntos en el trimestre anterior", precisó el instituto estadístico galo.

El ministro de Economía y Finanzas de Francia, Bruno LeMaire, ha quitado importancia a la caída del PIB en el cuarto trimestre al asegurar que se trata "de una contracción temporal que no pone en cuestión los cimientos del crecimiento de Francia, que son sólidos", aunque ha afirmado que el Gobierno galo mantiene una "particular vigilancia sobre la evolución de las incertidumbres internacionales".