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Un barco de pescadores sale del puerto de Tarifa (Cádiz) en busca de los tripulantes desaparecidos del pesquero Rúa Mar. EFEA. Carrasco Ragel

La policía investigaba al pesquero ‘Rúa Mar’ junto a otras embarcaciones por tráfico de drogas

Las pesquisas, todavía sin concluir, buscaban pruebas de la supuesta vinculación de la embarcación desaparecida con el narcotráfico

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Al pesquero gaditano Rúa Mar le sobrevino la tragedia cuando la Audiencia Nacional y la policía investigaban si los seis miembros de su tripulación formaban parte de una red que supuestamente introduce hachís en España, según ha adelantado este viernes Europa Sur y han confirmado fuentes de la investigación a EL PAÍS. El Rúa Mar estaba siendo investigado junto con otros barcos de la zona, precisan fuentes conocedoras de la causa. En el momento del siniestro, las pesquisas no habían encontrado una vinculación "rotunda" de la embarcación desaparecida con el narcotráfico, añaden otras fuentes. El palangrero —de Barbate aunque con su marinería procedente de Algeciras— desapareció el pasado 23 de enero a 28 millas del cabo Espartel, cerca de Marruecos.

La investigación comenzó  “hace cinco o seis meses”, según confirma una fuente de la investigación. En todos estos meses, la Policía Nacional estaba realizando pinchazos telefónicos y seguimientos  para intentar confirmar la implicación de las embarcaciones en una presunta red que aprovecha los barcos de pesca para introducir droga en sus bodegas y descargarlas en la costa sin levantar sospechas. El Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional estaba encargado de dirigir la investigación.

La madrugada del pasado 23 de enero, el armador del palangrero, Pedro Maza, perdió la señal con su barco y dio aviso a las autoridades. Poco después se supo que la radiobaliza había comenzado a emitir señales a 28 millas del cabo Espartel. Este sistema solo se activa por presión cuando entra en contacto con el agua. A los tres días aparecieron las dos cápsulas de las balsas salvavidas a la deriva, cerca de las costas de Cádiz, en el radio de dispersión previsto por Salvamento Marítimo y Guardia Civil para la localización de posibles restos.

El pasado lunes fue hallado el cadáver del patrón, Javier Maza, cerca de las costas de Tarifa. Un día después, un pescador localizó el de Óscar Maquera, un marinero y guardián del palangrero. Ambos no llevaban el chaleco salvavidas y la autopsia del primero apuntó a la hipotermia como causa de la muerte. La ausencia de cualquier medida de seguridad en los cadáveres y el hecho de que a los tripulantes ni les diese tiempo a dar la alarma o a abrir las cápsulas de las balsas ha llevado a barajar la hipótesis de que un hecho sorpresivo e inesperado provocó la desaparición del barco. Aunque en un primer momento el Juzgado Número 1 de Algeciras se encargó de la investigación del suceso, finalmente ha sido la Audiencia Nacional quien se está encargando de la causa, declarada secreta, tras confirmar que el barco desaparecido es el mismo que llevaban meses siguiendo.

La jornada del pasado 22 de enero distintos barcos pesqueros de la costa gaditana optaron por no salir por la previsión de mala mar. En ese momento, las condiciones no eran especialmente adversas, pero sí existían predicciones de que la situación podría complicarse en las siguientes horas, debido a la llegada al golfo de Cádiz de la borrasca Gloria. El hecho de que el palangrero se atreviese a trabajar, pese a las condiciones, extrañó a algunos pescadores. Con todo, la tripulación del Rúa Mar era avezada en el mar y sumaba años de experiencia. Solo el patrón sumaba casi 40 años de trayectoria en el mar.

La policía investiga si en el momento del hundimiento el palangrero de 14 metros de eslora podría estar cargado de droga, según apunta la misma fuente. El hallazgo del pesquero será clave. Guardia Civil, Salvamento Marítimo y la Armada llevan días enfrascados en la difícil tarea de localizar la embarcación. La radiobaliza fue localizada a 28 metros del cabo Espartel, en una zona en la que el lecho marino se encuentra a 500 metros de profundidad. Poco después se empezó a barajar otra localización cercana en la que se descubrió un emanación de fuel en un lugar donde la profundidad ronda los 330 metros. Por ahora, el sonar y el robot no tripulado no han conseguido dar con el barco.

Los transportes de droga en barcos de pesca no son nuevos en la costa de Cádiz. En el Campo de Gibraltar es más común la presencia de narcolanchas fletadas exclusivamente para viajes rápidos y cortos a Marruecos, mientras que en la zona más cercana a la bahía de Cádiz es más común esta forma de introducir la droga. En este modus operandi ya investigado por los agentes en situaciones anteriores, los pescadores suelen acudir a una zona cercana a las aguas de Marruecos y, una vez allí, una tercera embarcación les acerca la droga para embarcarla en el barco de pesca. Luego, la mercancía legal es introducida en la costa española aprovechando la coartada que proporciona la pesca diaria.

Vecinos unidos para ayudar

La mujer de Óscar Maquera, el marinero peruano del Rúa Mar que fue hallado muerto cerca de las costas de Cádiz el pasado martes, ha llegado este viernes al aeropuerto de Málaga junto a su hija, ambas procedentes de Perú. Varios vecinos de Algeciras se han unido, bajo la iniciativa de Pepi Gallardo, para costear la estancia y las dietas de los días que los familiares estarán en la ciudad para organizar la repatriación del cadáver, según ha asegurado el sindicato CGT, que también le ha ofrecido asesoría jurídica a los familiares. Esta ayuda se suma a la de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores que, con apoyo de Cepesca (Confederación Española de Pesca) se ha hecho cargo de los billetes de avión de ambas entre el país latinoaméricano y España.