"Procedemos de internet" (We are from internet) es el lema escogido para la nueva edición del festival Absolut Manifesto, que se celebra el 31 de enero y el 1 de febrero en el Pabellón Satélite de Madrid. En línea con sus dos ediciones anteriores, que exploraron la relación entre música electrónica, videoarte y cultura de internet, este lema aborda el concepto de Internet como ese espacio sin fronteras en el que convivimos todos y para el que cada artista tiene su propia interpretación.
Una de las artistas que este año compartirá su visión personal es Natalia Stuyk (Londres, 1988), quien en declaraciones a Verne afirma sentir "una especie de amor-odio" hacia este mundo digital que se ha convertido en "un lugar obsesivo" que acaba "banalizando" cualquier contenido.
Esta es precisamente la idea que esta videoartista, de ascendencia española y residente en Granada, pretende transmitir con Terra Firma, el trabajo que estrena en este festival y con el que reflexiona sobre la relación "a veces obsesiva e incluso con tintes de adoración" que mantenemos con Internet, según sus propias palabras. Solo los asistentes al festival podrán contemplar la obra completa, pero el teaser de Absolut Manifesto muestra varios segundos de adelanto en los que encontramos a dos individuos girando en torno a una maraña abstracta que representa ese mundo digital.
Este último trabajo de 13 minutos –el más largo hasta la fecha de la videoartista angloespañola– conserva la esencia estética de los anteriores: estructuras abstractas creadas a partir de elementos 2D y 3D que se reproducen infinitamente, generando una especie de hipnosis en el espectador.
"Siempre me han obsesionado las cosas que llevan al infinito, que no tienen ni principio ni final y que cuanto más las miras, más te cambia la percepción sobre ellas. Es un poco como la música, que de tanto escucharla te vas dando cuenta de ciertos aspectos en los que las primeras veces no reparabas", cuenta Stuyk, cuya creación hasta hace poco contenía principalmente texturas, formas y colores.
Para Terra Firma –que se proyectará durante los dos días del festival– la videoartista ha comenzado a incorporar presencia humana: dos personajes de carne y hueso (sus amigos) capturados por ella misma en su estudio de Granada con el programa Motion Capture. "Últimamente me está interesando mucho explorar también el movimiento humano y he empezado a trabajar con este programa, el resto de las animaciones son con After Effects", cuenta Stuyk.
En la cuenta de Instagram de Stuyk, que suma más de treinta mil seguidores, pueden encontrarse "pequeñas píldoras" de su trabajo. Sin embargo, la videoartista advierte de las limitaciones de este formato. En primer lugar, por cuestiones técnicas: "En Instagram la calidad baja mucho por la compresión y eso es muy frustrante para un artista", explica. Y, en segundo lugar, por la forma en que consumimos información: "Subir contenido a las redes resta importancia a tu trabajo porque los usuarios acaban deslizando rápidamente y no le prestan atención a lo que están viendo", añade.
Sin embargo, también reconoce una gran ventaja a Instagram: "Es una red social que te da una audiencia masiva". Esta difusión le ha permitido hacerse un nombre en la publicidad con trabajos para marcas como Nike, Stella McCartney o Kenzo. "Trabajar con Nike es súper divertido, ellos suelen buscar lo último en animación y este tipo de visuales en 3D para sus eventos, así que, como les gustaba mi trabajo, me dejaron bastante margen", cuenta.
La videoartista, que nunca ha tenido representante, pone en perspectiva sus colaboraciones con marcas: "Una cosa es el trabajo publicitario que me da de comer y otra mi obra personal. A veces coincido con lo que el cliente quiere y podemos producir algo que a mí me sigue pareciendo arte, pero que a la vez sirve para publicitar un producto", añade Stuyk que también firma el videoclip del tema LA Calling, de Crystal Fighters.
Stuyk actuó por primera vez en España en el MIRA SON Estrella Galicia Digital Arts Festival 2018 como DJ visual junto al famoso DJ musical londinense Call Super. Nacida y criada en Londres, se ha movido principalmente en la esfera del videoarte internacional. Hace un año y medio se mudó a Granada –tierra natal de sus padres– para centrarse en su obra personal.
"En Londres acabas aceptando trabajos por dinero porque solo así puedes sobrevivir en una ciudad tan cara y para que tu nombre se escuche en ciertos lugares (marcas); pero impone otro ritmo que a mí, personalmente, no me deja tiempo para crear como me gustaría; la vida en Granada sí me permite dedicarle tiempo a crear cosas nuevas y personales".
Stuyk quiere trasladar sus mundos hipnóticos virtuales a la realidad como ya hizo con Melissa –una marca de calzado sostenible– con la instalación Paraíso en sus tiendas de Nueva York y Londres. "La idea era generar una simbiosis entre lo real y lo digital, era como estar dentro de unos de mis vídeos y permitía al espectador tener una experiencia multisensorial, interactuar con la pieza de varias formas", explica. "Esa es la línea que quiero seguir porque en Internet, las redes sociales solo ofrecen un tipo de interacción con el videoarte, y yo espero que eso cambie algún día".