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De izquierda a derecha, Alba del Campo, Sira Rego y Laura Laguna. / GUILLERMO MARTÍNEZ

"Que haya mujeres tomando decisiones no significa que exista una mirada feminista"

La eurodiputada por Unidas Podemos, Sira Rego, denuncia la “relación simbiótica entre patriarcado y capital" en un acto de la Cumbre Social del clima sobre pobreza energética desde un análisis feminista. También han participado la activista ecofeminista Laura Laguna y la asesora del Gobierno de Cádiz en políticas energéticas Alba del Campo.

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Frío, madre de familia, personas mayores, enfermedad y niños han sido algunas de las respuestas que ha dado el público cuando se les ha preguntado qué se les viene a la cabeza si piensan en la pobreza energética. Todos ellos, o más bien ellas ya que el auditorio estaba compuesto por unas 25 personas donde tan solo seis eran hombres, asistían a la charla que trataba este tipo de pobreza desde la perspectiva de género en el edificio multiusos de la Universidad Complutense de Madrid.

El acto, enmarcado dentro del programa de la Cumbre Social, ha seguido el ideario que desde el principio ha movido a los organizadores de estas jornadas en relación a dar voz a aquellos que no la tienen en la cumbre oficial del clima de la ONU (COP25). De esta forma, ponentes de la talla de Alba del Campo, asesora del Gobierno de Cádiz en políticas energéticas, Laura Laguna, activista ecofeminista y especializada en estudios de género, y Sira Rego, eurodiputada por Unidas Podemos, han presentado un tema sobre el que aún no se ha ahondado lo bastante, tal y como han coincidido en denunciar las tres invitadas.

Alba del Campo ha empezado mostrando la perplejidad que le supuso ver que apenas existía una perspectiva de género cuando empezó a estudiar la pobreza energética. Esta experta en políticas energéticas ha utilizado su intervención para incidir en quiénes son los que intentan responder ante el problema: “Los mismos expertos que definen lo que es la pobreza energética son los que ponen las soluciones, por eso es indispensable la mirada feminista”, ha aseverado.

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Acto de la Cumbre Social del clima en la Universidad Complutense de Madrid. / GUILLERMO MARTÍNEZ

La definición de pobreza energética

Casi todos los asistentes han levantado la mano cuando Del Campo ha lanzado la pregunta de quién tiene miedo de que la factura de la luz sea elevada cuando piensan en calentar sus casas, lo que le ha llevado a esbozar una definición de pobreza energética: “Aquella que hace que las familias destinen demasiados recursos económicos para pagar la factura, siendo el caso más extremo el corte de luz”.

Del mismo modo, esta experta en el Gobierno gaditano ha querido ir más allá del dedo que señala para centrarse en aquello que indica: “Nunca tenemos en la cabeza a los culpables de la pobreza energética, que son el modelo actual de negocio liberalizado”. También ha indicado que “se trata de un poder totalmente masculinizado en lo económico, empresarial y académico, en donde lo único que se debate es el cambio de modelo productivo y máxima rentabilidad a cualquier costa, obviando la posibilidad real de un cambio de modelo global”, en sus propios términos.

Centrándose en la perspectiva de género a nivel social, Del Campo ha incidido en el hecho de que “mayoritariamente es la mujer la que siempre pasa el bochorno de pedir ayuda por encontrarse en una situación de pobreza energética, y los hombres que lo hacen es porque viven solos, aunque luego en los debates de las altas cúpulas -ha continuado la experta- solo haya varones”.

Mayor vulnerabilidad en las mujeres

Laura Laguna ha ofrecido una visión desde su activismo ecofeminista y especializado en la salud de las mujeres, ya que sus estudios académicos se centran en la biomedicina. Su discurso ha comenzado advirtiendo de que “en los países enriquecidos, mal llamados desarrollados, hay de 4.000 a 80.000 productos tóxicos de los que apenas se tiene información”. Por otro lado, y partiendo del estadio actual de emergencia climática, la activista ha querido resaltar que han surgido o acentuado enfermedades como la fatiga múltiple o la fibromialgia, unas patologías que sufren principalmente las mujeres.

Circunscribiendo su intervención al contexto en el que se desenvuelve la Cumbre Social, Laguna ha comentado que las mujeres son más vulnerables al cambio climático tanto por motivos biológicos, algo que ha ejemplarizado con el porcentaje de grasa que acumula un cuerpo femenino frente al de un hombre, como por motivos sociales, una realidad que se materializa si se atiende a la división social del trabajo en donde las mujeres ocupan los puestos laborales más precarios.

Existe cierta ambivalencia en torno al papel de las mujeres en el cambio climático, ya que “son quienes más lo sufren pero también quienes más luchan por combatirlo”, ha dicho Laguna argumentando su exposición en los roles que históricamente se les ha atribuido al sector femenino en cuanto a los cuidados de la naturaleza y las personas dependientes.

“Colocar la vida en el centro”

“Desde el ecofeminismo proponemos colocar la vida en el centro, algo que aúna absolutamente a todas las luchas sociales”, ha afirmado tajantemente la activista antes de criticar un hecho que pasa algo desapercibido: “Sumar mujeres a los estudios y segregar los datos por sexo no es introducir una perspectiva de género, sino seguir confundiendo los dos conceptos” haciendo que las conclusiones sean incompletas o erróneas, tal y como ha explicado.

Tras una fuerte crítica a la “sobremedicalización” que sufren las mujeres, ya que según Laguna la posibilidad de que salgan de un centro de salud con psicofármacos pautados es cuatro veces mayor que la de los varones, ha realizado un alegato al internacionalismo y sororidad mundial al defender que “no se puede ser ecologista o estar en contra de este sistema de producción sin ser feminista y obviando las condiciones de las mujeres en otros territorios”.

El patriarcado y el capital

La eurodiputada y militante de Unidas Podemos Sira Rego ha tomado la palabra para denunciar la “relación simbiótica entre patriarcado y capital que explica la actual situación de emergencia climática”, en sus propias palabras, arguyendo que “el hecho de que haya mujeres en los centros de toma de decisiones no significa que haya una mirada feminista”. En la misma estela que Del Campo, la política también ha querido defender que “esto no va de cambiar los patrones de actuación individuales, sino de transformar el modelo a nivel mundial y de forma estructural”.

En un ejercicio de descentralizar el asunto, la eurodiputada ha explicado que el golpe de Estado ocurrido en Bolivia está íntimamente relacionado con la transición ecológica que se pretende desde Occidente, ya que “lo eléctrico incrementará el mercado de baterías de litio y el país latinoamericano es la segunda mayor reserva mundial de este mineral”, ha afirmado.

“Las élites se han inventado un nuevo comercio que tiene que ver con “lo verde” para que los ricos sigan empobreciendo a los demás”, ha recalcado Rego instantes antes de respaldar “una solución desde abajo, popular, con un profundo carácter social y democráticamente radical que ponga el foco en el modelo económico”, para terminar la charla invitando a la reflexión: “El colapso ya está aquí y solo nos queda ver cómo lo vamos a enfrentar y organizar para evitar que vaya a más”.