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Agarrate Catalina, este viernes en el Gran Rivadavia de Floresta

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Yamandú Cardozo, fundador y director de La Catalina, se refirió al deseo de que la situación argentina mejore. "Cruzar con arte y humor no soluciona, pero ayuda a pelear", sostuvo

Agarrate Catalina cerrará un 2019 plagado se shows en Argentina, con las últimas tres presentaciones de su espectáculo "Defensores de Causas Perdidas": el viernes 13, en el Gran Rivadavia de Floresta; el sábado 14, en el Auditorio Oeste de Haedo; el domingo 15, en Obras como parte del Festival de Amnistía Internacional.

Después de haber girado por todo el país, la murga más premiada en el carnaval uruguayo de las últimas décadas se retirará a Montevideo a terminar de escribir el espectáculo del año próximo, porque “se termina el viaje de La Catalina”, pero “otro está por comenzar…”.

Entre las “causas perdidas” están La organización del Mundial 2030, El Himno al club Torque, La lucha de clases y un cierre para la ovación con La violencia. Yamandú Cardozo, fundador y director de La Catalina, expresó lo que siente por este espectáculo, con el que la murga volvió al Carnaval de Verano montevideano. “Le tenemos –dijo– un gran amor y pusimos mucha alegría en él porque nos representa. Cada año que armamos y presentamos algo es porque queremos decir eso en ese momento. Es el espectáculo que nos trajo de vuelta al carnaval, a concursar y a la fiesta, al barrio. La murga se ha paseado por una cantidad de lugares del mundo que está buenísimo, pero está bueno hacer las dos cosas. Hacía 7 años que no estábamos... Montevideo tiene dos cuestiones que funcionan en simultáneo y que no pueden vivir una sin la otra: el carnaval, que es un gran festival de teatro popular que dura 40 noches, y el concurso en el medio de esas presentaciones. Vos no podés hacer el tablado sin estar en el concurso, el cual la Catalina ha jugado con mucho éxito. Pero no es lo que nos mueve la aguja. Lo que extrañábamos era tocar en los tablados de los barrios 4, 5 o 6 veces por noche, eso descentralizador que tiene el carnaval. Normalmente la gente se arregla y se mueve para ir al centro, en este caso es el espectáculo arreglándose y moviéndose para ir al corazón de los barrios. Si no estás en el carnaval, a esa gente te la perdés por razones económicas, culturales, coyunturales… es gente que no quiere, no puede o no sabe cuándo te presentás en un teatro del centro aunque el espectáculo sea gratis o a precios populares. Hay un montón de gente de esos barrios, que además son nuestros barrios, los de la gestación de la murga, que te los perdés. Y lo digo de manera ‘egoísta’. No es que esta gente se pierde de ver espectáculos, porque hay una cantidad enorme. Yo quiero estar ahí, quiero mostrar lo que hicimos con nuestros compañeros de elenco. La Catalina, y en general la murga, tiene esa relación cercana siempre con los barrios y los lugares en que se necesita que la murga toque, a veces de manera solidaria. El contacto con la gente no lo habíamos perdido, pero sí la fiesta. La gente quiere verte ahí, en ese momento de festejo”.

Y detalló una anécdota: “Yo no sé manejar y tomo muchos taxis. Los tacheros que laburan a la noche escuchan mucho el carnaval cuando laburan, la mayoría nos reconocen y charlamos de murga en los viajes. Una vez, uno me dijo que nos extrañaban en el carnaval. Le expliqué que también hacíamos otros espectáculos populares por el interior, por pueblitos, que también hacíamos otras actividades para estar cerca de la gente… Y él me dijo que eso estaba buenísimo, que lo entendía pero que él nos quería ver ahí, en el carnaval. Y me hizo una analogía maravillosa: ‘Vos sos fubolero (así lo dice Yamandú y el resto de los uruguayos) y de Nacional. Bárbaro. Te gusta ganar un clásico y sufrís cuando lo perdés con Peñarol. Entonces te pregunto: ¿Vos sufrís igual o festejás igual un clásico de verano que uno por los puntos?’. ‘No, claro que no’, le respondí. Y retrucó: ‘Bueno, con la murga para mí es lo mismo. Yo te quiero ver en el campeonato. Quiero ver a la murga peleando por los puntos. ¿Se entiende?’. Ahí lo entendí. No es por la competencia real, sino por el hábito de verte ahí. En eso de medirte con otras murgas y para el público”.

¿Qué sueños le quedan por cumplir? “Un sueño es el intento que este Frankenstein rarísimo que es La Catalina, que sigue vivo y caminando desde hace 18 años, le diera la posibilidad también a otros compañeros y compañeras de dedicarse a esto y tener un lugar adonde funcionar. Nos falta una casa propia o alquilada para que La Catalina desarrolle una cantidad de espectáculos que tiene. Esa pata todavía no está”, dice. ¿Sus ídolos? “Podio entre Zitarrosa y el Sabalero José Carbajal, y en lo deportivo, Rubén Sosa y Jorge Seré, Necional, claro…”, asegura y agrega a gente que admira y con la que compartió escenario: “En las cantarolas de La Catalina estuvieron Andrés Giménez, el vocalista de Animal, que es el ídolo de mi hermano Martín. También No te va gustar, Bruno Arias, la Fernández Fierro, Bersuit, La Piñata… Muchos. León Gieco también es referencia nuestra. Pero con el que más disfruté y me quedó el orgullo de haber tenido un ensayo con él, junto a Tabaré y el Burro Goicochea, es con el Sabalero Carbajal. No pudimos hacer el espectáculo porque él falleció, pero en un momento él, que junto a Zitarrosa es el rey de la prosa, leyó un texto mío sobre la muerte. En mi vida imaginé que eso podría suceder. Es mi más profundo tesoro”.

Por último, se refirió al deseo de que la Argentina pueda levantar. “Más allá de la cuestión política partidaria –manifestó– hay ganas de que nuestro hermano mayor repunte y la gente la pase aunque sea un poquito menos mal. Y a veces da la sensación que con poco ya se puede mejorar. Lo mismo pasa con Brasil, aunque tenemos un poco menos de relación por idioma, porque los leo menos, los escucho menos, pero allá también están mal. En definitiva, nosotros sabemos que las caricaturas que armamos en Montevideo, las llevamos a Buenos Aires e incluyen a su gente. Estamos regados por la misma agua y tenemos las mismas cicatrices. Cruzar con arte y humor no soluciona, pero ayuda a pelear”.