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Trump busca una nueva vía en el caso Venezuela

Según el portal de noticias Bloomberg, el presidente americano perdió la paciencia con la oposición nacional y busca nuevas alternativas que podrían involucrar Rusia para salir de Maduro.

A pocos días de terminar el año, no se ha cumplido uno de los objetivos de Donald Trump y su administración en relación a Latinoamérica. La salida de Nicolás Maduro del poder ha sido una de sus promesas desde que comenzó el año y, a pesar de las sanciones y presiones internacionales, todo parece que está muy cerca de lograrse. Ante esto, el gobierno de Trump ha decidido revisar qué se ha hecho mal y comenzar un nuevo plan, esta vez sin la oposición venezolana.

El pasado viernes, la cadena de noticias Bloomberg reportaba que Trump estaba perdiendo la paciencia con el líder venezolano y presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó. Esto lo estaría motivando a comenzar nuevos planes en los que se involucraría Rusia para salir de Maduro.

El articulo reporta que Mike Pence se reunió con oficiales de la Casa Blanca para revisar las alternativas de su administración con Venezuela. A su vez, se reporta que hay serias dudas sobre la continuidad de Guaidó al frente de la AN debido a los casos de corrupción que se han dado en los últimos meses y las disputas internas de la oposición.

Entre lo que se reporta se dice que la opción militar no está sobre la mesa sino que se busca aumentar la presión a Maduro y a Cuba mientras se estudia una alianza con Rusia para lograr una salida de la crisis.

La guerra interna opositora y los comentarios de Kozak

Horas después de publicado el articulo de Bloomberg, el secretario adjunto interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EEUU, Michael Kozak , anunció a los periodistas que el apoyo de su administración no es a Guaidó como persona sino a la figura institucional que él representa. A su vez, agregó que de ser escogido Guaidó para un nuevo mandato en la AN ellos lo apoyarían y que tienen grandes sospechas que repetirá en el cargo.

Pero el comentario no es fortuito y guarda relación con lo dicho en el artículo de Bloomberg: los EEUU ven con preocupación la continuidad de Guaidó en la presidencia de la AN. Y es que los conflictos internos que se han hecho públicos en las últimas semanas dificultan esto.

Esta semana, el país vio cómo un grupo de parlamentarios eran acusados de haber sido comprados por entes oficiales para votar en contra de Guaidó el próximo 5 de enero y así elegir una nueva junta directiva. A esto se le sumó las ansias de poder de la Fracción 16 de Julio, que también tiene una acusación en su contra en el reportaje de Armando Info, que estaría buscando un puesto en la junta directiva porque, según ellos, es lo que les corresponde por el acuerdo firmado por la oposición en el 2015 al ganar las elecciones parlamentarias.

Todo esto nos deja en medio de una guerra de factores donde el final es incierto. Por un lado, Guaidó y el grupo de partidos llamado G4, por el otro María Corina Machado y la fracción 16J, y por último, Timoteo Zambrano y Henry Falcón con una serie de diputados disidentes. A estos últimos habría que agregar los diputados acusados por Armando Info que han comenzado una guerra abierta en contra de Guaidó y sus aliados.

Con todo esto, en el panorama parece que EEUU ve con malos ojos seguir apostando a la oposición venezolana ya que ellos mismos dificultan que cualquier plan interno se dé.

2020, un nuevo año

Todo apunta a que el próximo año será igual de tenso que 2019. Si la administración Trump logra superar el proceso de impeachment en el que está, se enfocará en las elecciones y en concretar las que han sido sus promesas de campaña. La salida de Maduro podría ayudar a conquistar parte del voto de Florida, un estado péndulo, y ayudar a los republicanos a ganar en las elecciones de noviembre.

Trump entonces buscará alcanzar sus objetivos por su cuenta. La opción militar esta descartada por los propios americanos y por ende, las acciones podrían ser más lentas pero más efectivas.

Mientras, la oposición venezolana sigue en su guerra sin fin. La fracción más radical y que se ha envuelto con la falsa bandera de la moralidad no deja de insistir en el fin de Guaidó y el inicio de otro liderazgo; mientras, por el lado de los autoproclamados “moderados” se sigue hablando de una convivencia pacifica y del camino electoral. Sí, elecciones, las mismas a la que ellos fueron en 2018 y terminaron denunciando fraude.

Ante esto, el G4 liderado por Guaidó, deberá buscar la manera de aliarse y limpiar sus filas para lograr entrar y ayudar a su principal aliado internacional en sus planes, de no hacerlo, se consumirá en una guerra fratricida que la reducirá a la nada.
Esperemos que nuestra clase política aprenda de sus errores y comience una reestructuración efectiva pero rápida para evitar que la historia se la lleve por delante y pueda ayudar a poner fin a la crisis. @dald96

Daniel Limongi / Informe 21