Galicia
El posible Gobierno de coalición constituye la gran amenaza electoral para Núñez Feijóo
by Anxo Lugilde- El ejecutivo de Sánchez e Iglesias cohesionaría a la oposición en Galicia a menos de un año de las autonómicas, en una operación en la que también tendría que participar el BNG
“Esta vez va en serio”. Estas cinco palabras pronunciadas hace quince años en Compostela por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, marcaron las elecciones autonómicas celebradas la primavera siguiente, las del 2005. Fueron las de la caída en las urnas de Manuel Fraga, tras sus tres lustros en la presidencia de la Xunta, y también las de la hasta ahora única mayoría parlamentaria de centroizquierda en Galicia.
Ahora vuelven a cobrar actualidad ante la posible formación en Madrid del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, que requiere de la abstención o el voto a favor del diputado del BNG. Se trata de una operación que, a unos diez meses de los comicios del 2020, cohesionaría la alternativa progresista al gobierno del popular Núñez Feijóo, quien se ha convertido en uno de los principales activistas contra la formación del ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
“Un 155 al revés”
Feijóo sostiene que PSOE y UP permitirán que los independentistas decidan “lo que se va a hacer aquí”
El pasado viernes, en la conmemoración del aniversario de la Constitución en Madrid, Feijóo afirmó que la formación de un Gobierno en España que dependa de los independentistas catalanes supondrá que “nos van a aplicar un 155 al revés”, pues sostiene que “van a decidir lo que se va a hacer aquí”.
El presidente de la Xunta insistió en la tesis que lleva semanas defendiendo de que ese ejecutivo sería “letal para los intereses de España”, a la que añade el planteamiento de que “es imposible que España pueda tener un buen Gobierno si hay que pedirlo en prisión”. Así, el presidente de la Xunta apuesta por un entendimiento entre las principales formaciones que evite la entrada de Podemos en el Gobierno y, sobre todo, el establecimiento de acuerdos con el independentismo, posición que contrasta con el rechazo frontal de su partido a facilitar la investidura de Pedro Sánchez.
Euskadi y Galicia
La formación del Gobierno o la perpetuación del bloqueo definirá el escenario político con el que se inicia el 2020, marcado por los comicios vascos y gallegos
La formación del Gobierno de coalición de PSOE y Podemos en las próximas semanas, si Sánchez consigue la mayoría suficiente para superar la investidura, o la perpetuación del bloqueo político en España, en el caso contrario, definirá el escenario político con el que se inicia el 2020. Al margen de lo que pueda suceder en Catalunya, es el año para el que están marcadas las elecciones autonómicas en el País Vasco y en Galicia, pues las anteriores se celebraron el 25 de septiembre del 2016.
En Euskadi las piezas se han empezado a mover por adelantado, con el acuerdo de la semana pasada entre Podemos y PNV para que el partido de Pablo Iglesias facilite con su abstención la aprobación de los presupuestos al Gobierno Vasco presidido por el nacionalista Íñigo Urkullu, en lo que se interpreta como una anticipación al eventual pacto de Madrid.
“Esta vez va en serio”
Si socialistas y morados se toman en serio las autonómicas gallegas resultaría impensable que se reproduzca el espectáculo del 2016
En una Galicia mucho más dependiente de las tendencias políticas españolas, y que a la vez funciona con frecuencia como un laboratorio de posibles cambios en la dinámica estatal, el efecto llegaría directamente con la formación del Gobierno de coalición en sí mismo. Por una parte, supondría asegurar que Pedro Sánchez va a estar en la Moncloa en las autonómicas, lo que hasta ahora ha sido un requisito imprescindible para que un socialista llegue a la presidencia de la Xunta. Fue lo que ocurría tanto en 1987, cuando González Laxe formó una coalición de dudosa legitimidad con tránsfugas populares, como en el 2005, cuando la alianza de PSdeG y BNG liderada por Pérez Touriño se impuso en buena lid en las urnas al PP, por más de cien mil votos de diferencia.
Y, por otra parte, en lo que resulta mucho más relevante, el Gobierno de coalición se examinaría en Galicia, lo que obligaría a Sánchez e Iglesias a hacer suya la frase de “esta vez va en serio” de Rodríguez Zapatero, quien se implicó directamente en la campaña gallega del 2005, en un momento en el que Feijóo era vicepresidente de la Xunta.
El ahora presidente de la Xunta ocupaba una vicepresidencia con Fraga cuando en el 2005 Zapatero fue decisivo desde la Moncloa para el vuelco electoral en Galicia
Si socialistas y morados se toman en serio las autonómicas gallegas resultaría impensable que se reproduzca el espectáculo del 2016, de la apertura en canal de sus desavenencias internas. Entonces estalló una cruenta batalla en el PSOE por la oposición del todopoderoso alcalde de Vigo, Abel Caballero, a que su sobrino y ahora líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, fuese diputado autonómico, mientras En Marea, la confluencia impulsada por Podemos, retransmitía su confusa guerra sobre si debía presentarse como coalición o como partido. Y el día en que Pablo Iglesias viajó a Galicia para hacer campaña se escenificó en Twitter su cisma con Íñigo Errejón, preludio de la posterior ruptura entre ambos.
La participación de Unidas Podemos en el Gobierno de Pedro Sánchez, con la posible presencia de una dirigente gallega como la ferrolana Yolanda Díaz en la cartera de Trabajo, daría mayores incentivos para que se reordenase de cara a las elecciones el convulso espacio de la antigua En Marea, dividida ahora en Galicia en dos grupos parlamentarios, el del antiguo candidato Luís Villares, con cuatro diputados, y el de Grupo Común da Esquerda, de diez escaños y nucleado alrededor de Unidas Podemos y Anova. Este partido, el del histórico Xosé Manuel Beiras, no reeditó su alianza con los de Iglesias en las generales del 2019, por lo que su posición resulta clave para la viabilidad en el 2020 de la alternativa a la mayoría absoluta que mantiene desde hace un decenio Núñez Feijóo.
Feijóo ha tildado de “letal” la entente de PSOE y Podemos y clama contra una negociación que se hace “en prisión”
Además, el regreso del BNG al Congreso, con su único diputado, Néstor Rego, hace que sea necesaria su participación en la investidura, con el voto a favor o la abstención, dependiendo de las combinaciones numéricas que se establezcan y de si el Bloque consigue que el PSOE asuma la “agenda gallega” que exige para apoyar a los socialistas. Si la investidura de Sánchez sale adelante con el apoyo de Podemos y el BNG supondría la plena cristalización de una entente que sumó el 52% de los votos en Galicia el 10-N, y un 54% si se incluye al partido de Errejón. Constituye una amenaza en toda regla para un Núñez Feijóo que todavía no ha aclarado si se va a presentar a las autonómicas, aunque día a día muestre que le gustaría hacerlo.