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Una multitud volvió a salir a las calles de Hong Kong

Al cumplirse seis meses del inicio de las protestas contra la ley de extradición a China y contra el Gobierno de Carrie Lam, una multitud de 800.000 personas volvió a tomar las calles mostrando que las protestas siguen vivas.

Una inmensa multitud inundó nuevamente las calles de Hong Kong exigiendo mayores libertades democráticas este domingo. Fue una manifestación que conmemoró seis meses del inicio de las protestas, además de ofrecer al Gobierno una "última oportunidad" para responder a sus reivindicaciones.

Esta manifestación alcanzó uno de los picos más altos desde que comenzaron las protestas en el territorio semiautónomo. Se estimaron en unos 800.000 la cantidad de participantes. La Policía declaró a la prensa unas 183.000 personas, teniendo en cuenta que suelen dar cifras muy bajas.

Esta manifestación recordó a los hongkoneses el origen del proceso a partir del proyecto de ley de extradición, pero durante los meses siguientes se transformaron en demandas democráticas más profundas contra la injerencia China, libertad de expresión y sufragio universal. También de la puesta en libertad sin cargos de los detenidos en las protestas, apertura de una investigación independiente sobre el comportamiento de la Policía. Pero hasta el momento siguen sin encontrar respuesta. La represión viene dejando cerca de 6.000 personas que han resultado detenidas en los seis meses, hubo alrededor de 900 sentadas, marchas, vigilias y otros tipos de actividades de protesta, como las heroicas tomas de las universidades que fueron convertidas en fortalezas.

Esta nueva manifestación masiva tuvo lugar a dos semanas del triunfo de los candidatos “prodemocracia” en las elecciones locales del 24 de noviembre, una fecha en la que las autoridades aseguraron que una mayoría silenciosa de hongkoneses discreparía con los manifestantes, pero no se dio ese escenario. La importancia de esa elección estriba en que el sistema electoral para el parlamento de Hong Kong es por circunscripciones corporativas, mientras que para las elecciones municipales hay plena libertad de expresión. En este segundo caso es donde se expresaron las movilizaciones.

Hong Kong, excolonia británica está en su peor crisis económica y política desde que fue devuelta a Pekín en 1997, con manifestaciones casi diarias para exigir reformas democráticas. Este domingo, los manifestantes dejaron clara su postura hacia Beijing y hacia la jefa del ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, que se niegan a escuchar sus demandas pese al resultado claro de las elecciones locales y la fuerza de las protestas que no disminuyen su intensidad.

Las manifestaciones que vienen levantando un programa democrático legítimo, y muestran una determinación que se comparan con otras protestas alrededor del mundo. Pero es importante tener el cuenta las contradicciones de este fenómeno, ya que no logran aún romper el techo del programa de los sectores ligados a la pequeña burguesía liberal. Los estudiantes que son el sector con más determinación de lucha aún no llegan a discutir un programa de independencia de clase, que los separe claramente de los sectores del capital financiero que han crecido al calor de los negocios de China, como de los que desean pasarse con armas y bagajes a los brazos del imperialismo estadounidense, apoyando las provocaciones de Trump en la región. Un programa independiente debería alevantar reivindicaciones que incluyan a todos los sectores empobrecidos de la isla, como los migrantes que ocupan los trabajos más precarios, además de la independencia política y económica tanto de China como de EE. UU.