Con los hombres del mármol
by Marianela Bretau Cabrera“Cuando comencé, la fábrica acababa de iniciarse, todo era nuevo, y yo también era joven, tenía 28 años y ahora 61”, –me dice entre risas Paulino Ferrero, procesador en el área de línea de losas de la Unidad Empresarial de Base Mármoles Isla, ubicada a tres kilómetros al Oeste de Nueva Gerona.
“Sí, sí, sí me gusta lo que hago –respondió de inmediato a mi pregunta– porque en mi vida laboral he trabajado en solo dos lugares, en la Constructora y luego aquí, hasta que me toque la jubilación –vuelve a sonreír–. ¿Qué si me aburro? No, no, al contrario; me gusta el mármol, y más cuando lo veo en la terminación final, y me digo, esto es parte de mi labor, siento mucho orgullo por eso”.
La entidad, encargada de la elaboración, producción y extracción del mármol gris siboney en la cantera Comandante Cristino Naranjo, sobrecumplió el plan del año al cierre de octubre y aspira arribar a los 60 000 metros cuadrados antes de culminar diciembre, cifra que supondría la segunda producción más alta de esta unidad y la acercaría al récord productivo de los 80 002, implantado en sus inicios.
“Ha sido un año magnífico, el plan anual era de 43 440 metros y lo sobrepasamos con creces”, afirma Jesús Pérez, director hace 11 años de la UEB que pertenece junto a otras cuatro a la Empresa de Mármoles Cubanos.
“Este resultado se debe en gran medida a la remodelación que le dimos a la fábrica hace dos años, pudimos reparar las principales máquinas (telares, cortabloques, pulidoras) con las piezas de repuesto que entraron y nos está permitiendo rescatar la capacidad instalada cuando se creó en 1986, de 80 000 metros de mármol, logrado una sola vez.
“Igual sucede con las ventas –prosiguió Pérez–, ya superamos los 4,4 millones de pesos planificados y debemos llegar a los cinco millones y estamos por encima de los 700 000 dólares de ingresos, tampoco habíamos arribado a ese número antes.
“Hoy contamos en la cantera con un nuevo cargador y seguirán entrando más equipos para reforzar el quehacer allí. Además, tenemos la facilidad que la materia prima la extraemos nosotros, el gris siboney, única roca de su tipo en Cuba, ubicada a siete kilómetros del combinado”.
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Mármoles Isla, con sus 82 trabajadores y un nivel de eficiencia tal que el sistema de pago se comporta de manera favorable mes tras mes con un salario medio de 1 907 pesos, según explicó el subdirector de Recursos Humanos, Diego Morejón, ha ido creciendo desde el 2011, luego de recuperarse de manera paulatina después del paso del huracán Gustav en el 2008.
“Llevamos alrededor de tres años con producciones que rondan los
50 000 metros, y el personal es de experiencia y bastante estable; estamos insertando jóvenes y preparando la continuidad, pues no existe un centro escolar donde se aprenda sobre esta labor”, señaló el principal dirigente de la UEB.
“Esta labor no tiene escuela, hay que aprender aquí; a los muchachos les gusta, aprenden, aunque es un trabajo forzoso porque hay que moverse por las distintas áreas por necesidad de la empresa”, subrayó el operador Jacinto Castillo, otro de los fundadores, quien lleva 33 años en la instalación.
Mientras me pregunto cómo pueden trabajar con tanto ruido y con las grúas pórtico moviéndose dentro de las áreas de línea de losas y piezas especiales, donde se elaboran rodapiés, losas para piso, adoquines, mesas, bancos, burós, entre otros elementos, los trabajadores están absortos en sus funciones como el joven Rafael Cantero, cortabloque, quien me explica que de un bloque de mármol salen de 145 a 150 tiras de la roca.
Por su parte, Paulino Ferrero rememora aquella época cuando se logró la gran producción de los 80 000 metros y comenta que “se laboraba doble turno, las máquinas eran nuevas, ahora llevan muchos años en funcionamiento y las piezas de repuesto son difíciles de conseguir. Si no fuera por el cuerpo de anirista la situación sería distinta”.
Y Jacinto Castillo agrega: “Gracias a ese equipo de innovadores muchas máquinas funcionan, son Vanguardia Nacional”.
Con gran orgullo, el directivo Jesús Pérez precisa: “La Anir aquí es muy fuerte, ha mantenido este centro por más de 30 años, por eso nos otorgaron la condición 8 de Octubre y fueron condecorados varios trabajadores. Es una fortaleza, las personas tienen sentido de pertenencia.
“Y muy importante –continúa–, nuestra UEB tiene un sistema integrado de gestión con el medio ambiente y seguridad y salud que es reconocido en el territorio y nos permite organización en el trabajo, a través de los diferentes procesos de gestión, cada cual en sus puestos.
“También hemos mejorado la atención al hombre, en el centro se prestan los servicios de salud como sucedió hace poco con estomatología, y así con las donaciones de sangre. Desde el 2005 no ocurren accidentes, aunque los medios de protección existentes no tienen la calidad requerida, es un reclamo permanente y los trabajadores deben usar delantales, cascos, orejeras, botas, guantes, fajas, muñequeras; teniendo en cuenta que se labora todo el tiempo con agua”.
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El mercado de Mármoles Isla se amplía cada vez más y entre sus principales clientes se encuentran Escambray, el Minint, Comercio, Almes (constructora del turismo), las obras destinadas a Salud Pública que es prioridad número uno según subraya Jesús Pérez.
“Hemos ido rescatando el mercado nacional –señala el dirigente– y trabajamos en el tema de la exportación, que no la estamos produciendo nosotros de forma directa, pero sí enviamos la piedra y el bloque de mármol hacia Bayamo, donde está la tecnología de punta hoy, pero cuando se haga la inversión aquí ya tendremos el mercado abierto”.
En la actualidad la entidad está enfrascada, teniendo en cuenta el avance de las producciones, en el progreso minero: desarrollar bien los yacimientos para extraer producciones de calidad acorde al trabajo que llevan la UEB y la empresa en general, como antesala a la inversión prevista para el 2021.
La mayor preocupación de la dirección de la fábrica radica en la transportación de las producciones desde y hacia la Isla, “estuvimos más de 45 días con las obras paradas en el puerto, incluso había algunas para el festejo de los 500 años de La Habana y no llegaron a tiempo; se les hace difícil a las empresas pineras salir adelante así y el país tiene que proyectarse en este sentido, pues no existen las condiciones reales para la transportación de cargas”.
Por el momento, las producciones de la roca gris siboney no cesan, un colectivo aguerrido asegura el avance de un renglón económico que para orgullo pinero, su explotación en Cuba se inició en esta geografía en los años de la colonia y seguirá matizando con sus tonalidades claras y oscuras una Isla inundada en mármol.