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VIGO, 09/12/2019.- César Adrio Otero es trasladado por la Guardia Civil antes de sentarse este lunes en el banquillo para responder del acoso y asesinato de la joven ingeniera Ana Enjamio, con la que había mantenido una breve relación, al ser el único sospechoso de su muerte violenta en diciembre de 2016 tras la cena de Navidad de la empresa en la que ambos trabajaban y donde llegó a ser su jefe. - FOTO: EFE/Salvador Sas

El acusado del asesinato de Ana Enjamio niega haberla matado

Afirma que se enteró por sus compañeros de la muerte y que se quedó "en shock" // Dice que tenían una "relación clandestina" y que envió mensajes al novio de la chica para "enemistarlos"

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El acusado como presunto autor del asesinato de la joven ingeniera Ana Enjamio, ocurrido en la madrugada del 16 al 17 de diciembre de 2016, ha negado haberla matado y ha afirmado que mantenía con ella una "relación clandestina", puesto que la joven era, al mismo tiempo, pareja de otro chico. Así lo ha explicado César A.O., para quien la Fiscalía pide 27 años de prisión (la acusación ejercida por la Xunta pide 33 años y la acusación particular pide 39 años de cárcel), y que está siendo juzgado por un tribunal de jurado en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. El procesado ha aceptado responder a las preguntas de todas la partes y, a preguntas de la fiscal, ha negado que hubiera matado a Ana o que ella le hubiera trasladado que se sintiera atemorizada o amenazada por alguien.

Según ha relatado el acusado, mantenía con Ana una "relación clandestina" que comenzó en diciembre de 2015 y finalizó, "momentáneamente", en julio de 2016, porque la chica "tenía dudas". Sin embargo, ha asegurado, retomaron el contacto y mantuvieron esa relación "oculta". César A.O. ha admitido que le había sustraído el móvil en una ocasión a Ana, y que le había enviado fotografías y mensajes al que era su novio para "enemistarlos". No obstante, ha recalcado que ella le "perdonó", volvieron a ser pareja y, de hecho, la noche en que fue asesinada, habían pensado "hacer una escapada" para estar juntos después de la cena de empresa, tras haber estado bailando durante esa celebración y haber tenido "un escarceo" en el baño.

DETENCIÓN E INTENTO DE SUICIDIO
El acusado ha afirmado que, tras esa cena, y dado que Ana temía que su novio los sorprendiera, optó por volver a casa. Según ha afirmado, no solo no se dirigió al domicilio de la joven para esperarla, sino que "nunca" ha estado en ese piso porque las compañeras de Ana "no le dejaban llevar chicos". Durante su declaración, se refirió la joven como una "cabecita loca", que "no tenía reparos en mentir" y era capaz de "disimular" hasta el punto de ocultar su relación con él porque estaba preocupada "por su reputación".

Según su versión, se enteró del asesinato de Ana al día siguiente, por boca de sus compañeros de trabajo, cuando acudió a declarar a Comisaría. "Me quedé en shock, en una nube", ha afirmado y ha reconocido que, tras conocer la noticia, intentó suicidarse cortándose las venas.

El procesado dejó una carta de despedida en la que, entre otras consideraciones, apuntaba: "Ana, perdóname, te quería tanto, no lo pude soportar". Tal y como ha explicado ante el tribunal, con esa frase se refería a que no había podido soportar la muerte de la chica y le pedía perdón por quitarse la vida.

Con respecto a las circunstancias de la detención, César A.O. ha explicado que no entregó a la Policía la ropa que llevaba puesta la noche de la cena porque le habían "robado" el abrigo y temía que no le creyeran y le inculparan. De hecho, esa ropa, así como el arma del crimen y el teléfono de Ana Enjamio nunca aparecieron, aunque sí se recogieron muestras de sangre de la chica en el coche del acusado.

Según los informes forenses, la víctima sufrió una treintena de cuchilladas, de las que 12 le alcanzaron el corazón, y presentaba también heridas defensivas en las manos y marcas en la boca, como si se la hubieran tapado con mucha fuerza.

ALEGATOS INICIALES
Antes de comenzar la declaración del acusado, las partes han presentado sus respectivos alegatos ante el tribunal de jurado. Así, tanto la Fiscalía como la acusación popular (ejercida por la Xunta) han insistido mucho en que, lo que se juzga en este caso, "no es el comportamiento de la víctima, ni si tenía relaciones con uno, con otro o con varios".

"No se está juzgado la moralidad de una persona muerta, ni sus relaciones ni su personalidad", ha incidido la letrada de la Xunta, quien ha recordado que Ana Enjamio fue atacada "en un momento de vulnerabilidad" y cuando estaba "totalmente indefensa".

Mientras, el abogado de la familia de la víctima ha hecho hincapié en que César A.O. convirtió la vida de Ana "en un auténtico infierno", lleno de "pequeños actos de venganza" porque no asumía la ruptura de la relación, y mantenía un "comportamiento obsesivo". "A Ana no la asesinó un maleante al azar para robarle. Quien la asesinó tenía intención de matar, de causar una muerte brutal", ha recalcado.

Por contra, su letrado defensor ha proclamado que "César es inocente y no ha cometido este horrible crimen contra la persona que más ha querido en su vida", una joven que, según ha aseverado, "daba muestras de que lo había elegido a él", en lugar de a su novio. "No hay ningún elemento objetivo que lo incrimine", ha subrayado este abogado, quien ha lamentado que "los medios de comunicación ya lo han condenado" .

Según ha explicado al jurado, la Policía "dirigió toda la investigación en su contra", "sesgando todos los datos" e incluso "abandonando líneas de investigación" que podían aportar explicaciones "alternativas" a los hechos.

Así, mientras que las acusaciones solicitan penas de prisión que van desde los 27 a los 39 años (por los delitos de asesinato, acoso y vulneración de la intimidad), el abogado defensor ha reclamado la libre absolución de su patrocinado.