De la acusación de amaño del Levante-Zaragoza
El juez absuelve a Javier Aguirre
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El juez del caso Levante-Zaragoza ha absuelto a Javier Aguirre y a los 36 futbolistas acusados de corrupción deportiva para condenar únicamente a dos directivos del Zaragoza, Agapito Iglesias y Javier Porquera a un año y tres meses de cárcel por falsedad documental. No ha considerado suficientes su señoría las pruebas aportadas por el fiscal (que pedía dos años de cárcel para todos y seis de inhabilitación) y con esta sentencia se cierra un episodio histórico en la lucha contra los amaños en el fútbol español.
Ha tenido que pasar casi una década para que, ya con la mayoría de los jugadores jubilados, conozcamos la "verdad jurídica" de un partido cuya realidad lleva siendo vox populi para todo el mundo del fútbol incluso desde antes de que se jugase.
Un poco de memoria
La pena que pedía la Fiscalía era la misma para todos, porque consideraba igual de grave el que intenta comprar como el que se deja. Aquel encuentro salvó al Zaragoza del descenso, en teoría a cambio de 965.000 euros que salieron de las arcas del club maño. Hasta nueve jugadores -Doblas, Lanzaro, Ander Herrera, Da Silva, Braulio, Ponzio, Jorge López y Diogo-, además del entrenador mexicano Javier Aguirre y el director deportivo Antonio Prieto, recibieron dinero en sus cuentas corrientes que posteriormente retiraron y devolvieron a su presidente (Agapito Iglesias) en efectivo según lo que siempre ha sostenido la acusación.
A este dinero se le pierde la pista, pero para los investigadores resultó muy llamativo que los jugadores de aquella plantilla del Levante disfrutasen, en su gran mayoría, de unas vacaciones sospechosamente baratas. Solicitaron a Hacienda el informe de los gastos que habían tenido en sus cuentas la temporada anterior y las diferencias son abismales casi siempre: mientras que en 2011 -presuntamente con el dinero negro del amaño- casi no sacaron dinero, en la anterior había gastos de más de 200.000 en hasta tres casos -Munúa, Caicedo y Jefferson Montero-. La temporada del investigado amaño gastaron 300, 3.290 y 7.000 euros respectivamente. Alguno, como Rubén Suárez, ni un euro.
Historia del caso: nueve años para una sentencia
Hay que remontarse a 2013 para encontrar la denuncia de este caso. Javier Tebas, entonces vicepresidente de LaLiga fue el que movió ficha y llevó este asunto a la Fiscalía Anticorrupción, que lo tomó en serio. Concretamente fue Alejandro Luzón, hoy Fiscal Jefe Anticorrupción. Hizo que todos los jugadores desfilasen por su despacho para tomarles declaración. Fue el primer éxito de este caso: el capítán del equipo campeón de Liga entonces, Gabi, declarando por amaño. El fútbol empezaba a dejar de ser intocable.
Terminaron las declaraciones y el asunto llegó a la Ciudad de la Justicia de Valencia, para su fase de instrucción. Allí le tocó en suerte a la jueza Isabel Rodríguez, que en ningún momento pareció cómoda con el caso. Durante los interrogatorios se llegó a preguntar a jugadores que no habían sido ni convocados que por qué no se habían empleado con más interés en el partido, por ejemplo, entre otras lindezas.
Rodríguez dictó el sobreseimiento de la causa, para sorpresa mayúscula de todos los implicados, que veían cómo un caso histórico, el que más lejos había llegado en un tema de amaño de la historia del deporte español, se iba con más pena que gloria.
El fiscal del caso, Pablo Ponce, luchó contra este sobreseimiento de la causa y, recurrió a la Audiencia Provincial de Valencia que, en un duro auto con 'tirón de orejas' a los responsables anteriores, obligó recuperarlo y a llevar a juicio a todos los investigados.
A partir de ahí la historia se repitió por tercera vez: declaraciones de todos, testimonios más o menos rocambolescos (al técnico del Leganés, Javier Aguirre, llegaron a preguntarle si sabía leer y escribir, ante lo surrealista de su testimonio en el que aseguró que él firmaba documentos en blanco y recibía sobres de dinero que nunca llegaba a abrir ni a contar) y testigos que, en esta ocasión, sí recordaban algunas cosas más que durante la fase de instrucción.
Recurso
Ahora por supuesto la Fiscalía puede recurrir, pero no parece probable. Esta sentencia cierra un proceso de casi una década hablando de amaños en el fútbol español y deja una realidad: cada vez se amañan menos partidos, estamos cerca del cero en el amaño "deportivo" para salvar una categoría o cuestiones similares. El frente anticorrupción está ahora en las apuestas.