China eliminará toda la tecnología extranjera de los organismos estatales
by elEconomista.esAnte las acusaciones de espionaje de EEUU, la guerra comercial abierta y el impedimento a sus empresas a mantener acuerdos comerciales con otras compañías occidentales, China ha tomado una decisión drástica: prohibir toda tecnología extranjera en todas las oficinas gubernamentales.
Según adelanta Financial Times, Pekín busca una mayor independencia tecnología con un ambicioso plan que hará reemplazar hasta 30 millones de equipos en los próximos tres años, un plazo en el que se espera que el proyecto de dependencia de tecnología extranjera quede concluido.
El diario explica que el proyecto se asumiría en tres fases. Sustituir el 30% del hardware en las agencias estatales el próximo año, el 50% en 2021 y el 20% restante en 2022, según estimaciones de China Securities basadas en solicitudes gubernamentales y presupuestos.
La exigencia de uso de tecnología china se respaldará en la Ley de Seguridad Cibernética aprobada en 2017 que indica la necesidad de uso de tecnología "segura y controlable" en el país. Así pues, aunque la renovación de los equipos será en las agencias y oficinas gubernamentales, también se extenderá a industrias clave como finanzas, energía o telecomunicaciones.
Así por ejemplo, se estima que los bancos chinos pasarán de usar tecnología de IBM y Oracle a proveedores de arquitectura X86 más diversificados y, finalmente, a hardware totalmente fabricado en China.
El complicado no a todo lo estadounidense
El principal reto al que tendrá que hacer frente China es la complicada sustitución de algunos componentes y sistemas como los semiconductores de proveedores como Intel o Nvidia, así como el software de Microsoft o Apple.
Así por ejemplo, los equipo de Lenovo son uno de las principales marcas más usadas en las oficinas estatales, sin embargo, en su interior están conformados por algunos componentes que vienen de EEUU.
Huawei por su parte ha dado el primer paso de independencia china al fabricar sus primeros móviles sin componentes estadounidenses, pero aún así todavía no es capaz de hacerlo exclusivamente con recursos íntegramente chinos.
El fabricante del Mate 30 Pro ha sido la principal marca que se ha enfrentado al veto impuesto por la administración Trump y que ha visto no sólo como no podía disfrutar de acuerdos con tecnológicas de EEUU, sino cómo el desarrollo de sus productos se frenaba en seco, teniendo que lanzar su último smartphone sin los servicios de Google.
Pese a todo, el analista de China Securities Shi Zerui explica a Bloomberg que "la guerra comercial también podría ayudar a crear un nuevo mercado para productos caseros". Se podría reactivar el ambicioso plan Made in China 2025 lanzado en 2015 y que buscaba impulsar la tecnología propia pero quedó parado ante las tensiones comerciales.