United of Manchester, los hijos descontentos del Old Trafford
by Alfredo CoronisUnited of Manchester, los hijos descontentos del Old Trafford
Mientras el sábado, en una danza de miles de millones de dólares, en un estadio moderno con muchos turistas, retransmisión para todo el mundo y curiosos con dinero, Manchester United vencía 1-2 al Manchester City, en un extremo de la ciudad el United of Manchester despachaba 5-2 al Matlock Town, en la National League North, la sexta división del fútbol inglés.
¿Y por qué la importancia de un equipo cuasi amateur? Es que el United of Manchester nace de la rebelión de un grupo de aficionados que por lo que se iba a convertir el Manchester United tras la venta a Malcolm Glazer en 2005.
Aunque hubo un intento en 1998, la adquisición de la mayoría del United por parte de los Glazer detonó e impulsó la creación de un equipo de fútbol, contrario al mercantilismo que se le avecinaba al titán del fútbol inglés.
Según la web del mismo United of Manchester: “El robo material de una institución de Manchester, tomado por la fuerza de la gente de Manchester, fue la punta de una pirámide de destrucción, con tiempos de lanzamiento cambiantes para el beneficio de la televisión, estadios sin alma llenos de personas con ‘nuevos’ seguidores (…) la administración de manos pesadas y los boletos con precios ridículos nos terminaron de impulsar”.
¿Y por qué no apoyar otro club, en vez de fundar uno nuevo? Pues este grupo desertor, los Red Rebels querían mantener el impulso de la protesta, mantenerse unidos, cantar canciones de United, recordar y traer de vuelta los buenos momentos de los viejos tiempos. Ellos querían su club, sus Reglas y obtuvieron exactamente eso, un miembro propiedad de una organización democrática sin fines de lucro creada por fanáticos del Manchester United. Un club accesible a toda la comunidad del Gran Manchester, dedicado a fomentar la participación de los jóvenes, ya sea jugando o apoyando, y a proporcionar fútbol asequible para todos.
Tras un par de asambleas, se decidió que se formaría el club si más de 1000 personas apoyaban al equipo económicamente, tipo socio abonado. Pues se quedaron cortos, pues en la intención inicial aparecieron 4400 aficionados decepcionados de lo que sería el Nuevo Manchester United, recaudando más de 100.000 libras.
Quedaba el nombre. Para hacer ruido con su protesta, se propuso FC United, pero la FA (Football Association) lo desechó por ser demasiado genérico. También se barajó el Newton Heath, nombre primitivo del Manchester United. Finalmente, el nombre propuesto con United of Manchester ganó democráticamente la elección.
Empezaron desde el fondo. La décima división de Inglaterra. Por su unidad monolítica y democrática, ascendieron de manera consecutiva tres veces. A partir de 2008 se estabilizaron en la séptima división. Hoy juegan en la sexta.
Crecimiento veloz
No todo fue fácil, pero ser de alguna manera “hijo” del Manchester United ayuda, como la cantidad de exjugadores que brindan simpatías, o que abren puertas. Por ejemplo, en la 2009-2010 Un viaje de pretemporada a Corea del Sur para jugar el Bucheon FC 1995 frente a 23,000 seguidores ayudó al FC United a recuperarse económicamente tras un descenso.
El equipo traía identidad propia, el alma del viejo United. Pero de a poco iban incorporando nuevos hábitos, cantos, modos. Ejemplo, una canción que se entona casi como un himno:
«Glazer where ever you may be,
You bought Old Trafford but you cant buy me,
I signed not for sale and i meant just that,
You cant buy me you greedy twat!”
(Glazer donde quiera que estés/ Compraste a Old Trafford pero a mi no me compras/ Yo firmé que esto no se vendía y lo dije en serio/ No me puedes comprar cretino codicioso)
Ese 2010 fue particularmente bueno para el United of Manchester: Además de finalmente anunciar planes para construir su propio terreno en Newton Heath, el FC United fue invitado a jugar contra St Pauli en la fecha oficial del 100 aniversario del equipo de Hamburgo. Un partido entretenido terminó con un empate 3-3 cuando el club antifascista más ferviente de Alemania dio la bienvenida a la nueva incorporación a la familia del ‘fútbol punk’.
Al año siguiente, se marcó el establecimiento del equipo de fútbol femenino y se recaudó el fondo objetivo de £ 1,6 millones para construir el nuevo estadio. La autogestión entre aficionados iba muy bien.
Para la 2014-2015, el simpático cuadro rebelde se despidió de Gigg Lane y se instaló en su hogar, levantado por la voluntad de los hinchas disconformes, el Broadhurst Park.
Y así hasta hoy, con una cancha moderna pero cómoda. Con un código de ética, una web que muchos clubes de primera envidiarían. Con un equipo femenino y varios de juveniles. Es el inicio de un gran sueño, de la lucha de largo aliento del cooperativismo y la autogestión contra el mercantilismo desmesurado. ¿Ganarán la guerra? No lo sabemos. Lo cierto, es que va caminando firme.