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Vista de uno de los depósitos.Irene Marsilla

Los depósitos para proteger la Albufera llevan paralizados desde 2012

Expertos alertan de la presión de los polígonos industriales, que cercan el parque con 4,3 millones de metros cuadrados urbanizados

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Valencia

Acuamed, la empresa dependiente ahora del Ministerio de Transición Ecológica, comenzó en 2010 las obras de construcción de unos depósitos pluviales a lo largo de la Pista de Silla para recoger la primera avenida de aguas sucias tras unas precipitaciones intensas. La actuación se diseñó para impedir que los residuos procedentes de la carretera y de los polígonos industriales de la zona vertieran en el parque de la Albufera.

Y es que cada vez que hay lluvias intensas la historia se repite. La Acequia de Favara se desborda y las aguas contaminadas entran en el parque. Los depósitos pretenden también aliviar la cantidad que llega al colector oeste, una infraestructura construida a fines de los años noventa del siglo pasado, que según expertos y ecologistas presenta ya síntomas de colapso.

Tanto la población como las instalaciones a las que da servicio se han multiplicado. En este sentido, ya en 2011 un informe del Ministerio de Medio Ambiente advertía de la posibilidad de que se produjeran «vertidos contaminantes» en la Albufera procedentes de esta zona.

Las obras de los tanques fueron declaradas de urgencia en 2004 y se iniciaron en 2010 El Gobierno advertía hace 10 años de que la saturación del colector oeste podía dañar el humedal

En este sentido, se recordaba que este colector fue concebido para recoger aguas residuales de las poblaciones de l'Horta. Pero también están recibiendo aguas pluviales. «Esto produce un agotamiento de su capacidad de transporte al no disponer de aliviaderos para pluviales», especificaba el informe.

Y mientras han pasado casi diez años y todavía no están terminados unos depósitos que fueron concebidos para reducir la presión sobre el colector y como un elemento básico para la preservación del espacio natural. La construcción, que además cuenta con una subvención de la Unión Europea, está paralizada desde 2012, hace casi ocho años. Fuentes de Acuamed explicaron que la reanudación de las obras está pendiente de la emisión del laudo arbitral solicitado por el contratista para poder acabar los tanques. Hasta el momento la inversión realizada por Acuamed es de cerca de 36 millones de euros. El coste total de la actuación alcanza los 80 millones. La demora en la construcción de los depósitos, que en 2004 fue declarada como urgente por el Gobierno, está facilitando la degradación del parque natural.

Son siete grandes depósitos que se localizan a lo largo de la Pista de Silla para recoger el agua de las avenidas y llevarlas a la depuradora de Pinedo. La actuación estaba incluida en el Programa Agua, el plan diseñado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero para paliar el déficit hídrico en la Comunitat tras la derogación del trasvase del Ebro.

La paralización de las obras se ha debido a los errores en el proyecto original que han obligado a realizar dos modificados. El parón se produjo en 2012 cuando los técnicos detectaron un fallo que obligó a detener los trabajos.

Las correcciones se ultimaron en 2015 y todo parecía listo para que se reanudaran las obras. No fue así. Hubo que hacer una nueva modificación ante nuevos errores. Y todo sigue paralizado.

La demarcación de Carreteras de Valencia, en este sentido, pidió a Acuamed que introdujera varios cambios para poder dar los permisos necesarios, ya que tal y como estaba diseñada la actuación iba a afectar a los canales de drenaje de la Pista de Silla.

Polígonos industriales

La directora del parque natural de la Albufera, Paloma Mateache, advirtió en la Universidad Católica de Valencia de que la Albufera está en la UVI y se refirió a que las actividades existentes en el entorno del parque contribuyen a degradarlo. En estos momentos existen en las inmediaciones del paraje 22 polígonos industriales que ocupan más de 4,3 millones de metros cuadrados en siete municipios. En la comarca de l'Horta Oest se encuentran situados a lo largo de la Pista de Silla. Una docena de ellos se ubican aún más cerca del paraje protegido al estar en el lado derecho.

La proximidad de estas instalaciones ha provocado diversos problemas. Hace un año el incendio en una nave abandonada para el reciclaje de madera en un polígono de Sollana levantó todas las alarmas ante la posibilidad de que los residuos acabaran en la Albufera.

Además, expertos y ecologistas han advertido del riesgo que supone la cercanía de estos polígonos al parque. Por un lado señalan la posibilidad de que se produzcan vertidos pese a que todas estas instalaciones cuentan con infraestructuras de depuración. Alertan del elevado consumo de recursos hídricos en la zona.

En el mencionado informe ya se advertía de que parte de las redes de saneamiento de la zona estaban conectadas a acequias cuyos cauces acaban desembocando en la Albufera. Se trata de una puerta abierta para que acaben entrando vertidos contaminantes en el parque natural de Valencia.

Una obra investigada y con fondos de la UE

Las obras de Acuamed en la Pista de Silla se encuentran inmersas en la investigación de la Unión Europea por un posible uso fraudulento de las subvenciones.

Además, se corre el riesgo de que el Estado español tenga que devolver estas ayudas al no estar operativas en el plazo establecido. No sería la primera ocasión en la que España se enfrenta a una sanción de estas características. Ya ocurrió con la desalinizadora de Torrevieja. El Estado tuvo que devolver 55 millones de euros por no poner en marcha la planta en el periodo inicialmente concertado.

Las obras incluidas en el Programa Agua del Gobierno de Rodríguez Zapatero se han visto inmersas en numerosos retrasos. Es el caso del trasvase Júcar-Vinalopó. Supuso una inversión de 400 millones de euros y todavía no se ha puesto en marcha más que en ocasiones puntuales. En estos momentos se está a la espera de que el Ejecutivo central coordine con los regantes la puesta en marcha de la infraestructura.

Otra de las obras que todavía no se ha puesto en marcha es la desalinizadora de Sagunto. El coste de construcción fue de 33,7 millones y las ayudas europeas en peligro ascienden a 14,9 millones.