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Mariano Leunda

En su día, la Inmaculada Concepción recorrió las calles de la ciudad y guió a cientos de fieles

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En la fecha de la patrona de Tandil se realizó la tradicional procesión y Santa Misa en el Anfiteatro, con la presencia del obispo Salaberry. Allí los niños que este año comulgaron por primera vez, dieron paso a su segunda comunión. Entre las reflexiones y oraciones, hubo un fuerte pedido por defender el derecho a la vida y protección a todos los niños por nacer.

Así como cada 8 de diciembre se celebró ayer, el día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y bajo un cielo celeste, como su manto, las calles oyeron cantos y reflexiones. Con este motivo, cientos de feligreses de distintas instituciones, comunidades religiosas, colectividades, escuelas y ciudadanos en general se unieron frente a la Parroquia del Santísimo Sacramento para compartir la tradicional procesión, que fue encabezada por las autoridades eclesiásticas de la ciudad.

La multitud desfiló hasta el anfiteatro Martín Fierro, donde los recibió el obispo de la Diócesis de Azul, Hugo Manuel Salaberry, que celebró la Santa Misa y dio lugar a que los niños tomaran su segunda comunión.

Este año destacaron la presencia de la figura de la Virgen del Rosario, que se encontraba en la Catedral de Azul y en junio comenzó a peregrinar por la diócesis. En ese camino, llegó a la Iglesia Matriz el 27 de noviembre y hoy finaliza su visita en el marco de esta celebración.

Las actividades por el homenaje comenzaron durante la mañana con la Inmaculada Concepción recorriendo los centros de salud con internación, con el acompañamiento del Cuartel Central de Bomberos. En tanto que en la parroquia se celebraron misas en los horarios habituales de los domingos y la de las 20 contó con la participación del Coro Estable de Tandil como cierre.

Por el derecho a la vida

Pasadas las 17.30, con un clima de agradable calor, los fieles comenzaron a llegar al punto de encuentro y se predispusieron para marchar. Una vez que estuvieron todos ubicados, adorando y resguardando la imagen de la Virgen, la procesión comenzó hacia Chacabuco, donde doblaron para ascender hasta la portada del Parque Independencia y doblar hasta el anfiteatro.

Con los pasos iniciales dieron comienzo al rezo del primer Misterio del Santo Rosario. A continuación dieron lugar a las primeras intenciones de la conmemoración, que fortalecieron los reclamos por el derecho a la vida, y ante las que respondieron “por María, mujer del sí”.

Entre las peticiones apuntaron a la reflexión de los gobernantes, para que protejan el derecho a la vida desde el principio al final natural. También, para que lo padres que estén ante el próximo nacimiento de un hijo sepan que en la Iglesia siempre encontrarán un lugar donde refugiarse. Asimismo, llamaron a que las instituciones eclesiales y civiles apoyen a las mujeres que están “distantes”. Además, apelaron a los científicos y profesionales de la salud, para que rechacen lo que afecte contra la dignidad de la vida. Finalmente, oraron por los niños “amenazados por el aborto” y que sus madres reciban la ayuda necesaria para seguir adelante con su vida.

Luego de esto y antes de iniciar con el segundo Misterio, las voces entonaron la letra de Santa María ven: “Aunque te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad”.

A paso lento pero constante, la multitud avanzaba y oró también porque la sociedad pueda imitar a María, sabiendo llevar la gran noticia de la salvación y compartir la alegría de la fe.

En otra serie de intenciones, rogaron porque la Madre pueda enseñarles a mirar a Jesús, a no dejarse vencer por los dolores y tristezas, y que esté siempre cerca. “Te necesitamos en este camino de nuestra Patria para que sea más hermana”, imploraron.

“Si yo no tengo amor, yo nada soy”, entonaron con alegría justo antes de dar lugar al tercer Misterio, correspondiente al nacimiento de Jesús. Allí pidieron que todos los niños puedan nacer en hogares puros y de amor.

Ya a pocos metros del anfiteatro le pidieron a “María de la Oración, virgen contemplativa y amorosa”, que interceda por los hombres que son débiles para poder imitar su fuerza. Para acompañar esta intención cantaron “Virgen de la Esperanza”.

Finalmente, el cuarto Misterio, con la presentación del Señor, fue un pedido de ayuda para poder acercarse y dar a conocer a Jesús a todas las familias, sobre todo a las que sufren.

En honor a la Madre

A medida que fueron ingresando al Anfiteatro Martín Fierro, los feligreses se fueron ubicando en las gradas, dejando las del frente para los chicos que recibirían la segunda comunión. En el escenario aguardaba sonando el coro y también el padre Raúl Troncoso, que se unió al resto de las autoridades eclesiásticas para honrar a la Madre de Jesús.

Las distintas comunidades fueron acercando sus efigies representativas, entre las que se destacó la Virgen del Rosario y la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, que es la de Salta.

Todos los presentes se pusieron de pie para recibir la figura de la Inmaculada Concepción, flameando pañuelos y cantando Toda de Dios: “Desde el principio fuiste elegida para ser madre del Salvador, fuiste formada por el Espíritu en la justicia y en el amor”.

A las 18.45, el obispo Hugo Manuel Salaberry dio inicio a la Santa Misa, que abrazó más tarde a los niños que este año recibieron su primera comunión para que vivan la segunda experiencia y fueron aplaudidos y bendecidos por el presente.