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Búsqueda de Marta Calvo, el viernes, en las inmediaciones de Manuel (Valencia). EFEKai Försterling

Se reanuda la búsqueda “lenta y minuciosa” del cuerpo de la joven Marta Calvo

La Guardia Civil interrumpió las tareas de localización para estudiar nuevas pistas y porque las lluvias de los últimos días hacían impracticable el terreno

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Efectivos de la Guardia Civil han reanudado este lunes la búsqueda del cuerpo sin vida de Marta Calvo, la joven de 25 años que Jorge Ignacio Palma aseguró que había descuartizado y tirado en contenedores de varias poblaciones de la provincia de Valencia tras un encuentro con ella en la casa donde vivía de alquiler en el municipio de Manuel. "Entramos en una fase muy minuciosa y muy lenta", con controles exhaustivos en las zonas donde podrían estar los restos de la joven, según las manifestaciones del presunto autor de su muerte, Jorge Ignacio P.J.

Más de un centenar de agentes del cuerpo armado recorren los alrededores de Manuel, localidad donde se pierde la pista de la joven, desde primeras horas de hoy lunes después de que el dispositivo detuviera el sábado la búsqueda para estudiar nuevas pistas y porque las fuertes lluvias de los últimos días convirtieron el terreno en un barrizal.

"Entramos en una fase muy minuciosa, muy lenta, donde tendremos que hacer un esfuerzo muy importante para encontrar esas evidencias que corroboren o no las versiones que ha facilitado el acusado", ha agregado González Cachorro. Los investigadores cuestionaron desde el principio la versión del sospechoso. 

Un portavoz ha manifestado que la familia materna de Marta Calvo mantuvo la esperanza durante los días que estuvo desaperecida pero desde la semana pasada [momento en que Jorge Ignacio P. J. se entregó y confesó que la muerte de Marta fue accidental pero, por miedo, la descuartizó y se deshizo de ella], "se toma conciencia" del peor pronóstico. "Lo que queremos es que se recupere su cuerpo y sirva para  esclarecer qué pasó", ha dicho.   

El sospechoso de la desaparición de Marta Calvo ingresó el viernes en la prisión de Picassent tras decretarlo el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alzira (Valencia), en funciones de guardia, y ante el que se acogió a su derecho a no declarar en una causa abierta por un delito de homicidio, sin perjuicio de una calificación posterior. La juez de guardia se inhibió en favor del Juzgado de Instrucción 6 de Alzira, que lo ha citado a declarar mañana martes.

Palma se entregó el miércoles de madrugada en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent, localidad cercana a Manuel, donde tenía una casa alquilada en la que había quedado a través de Internet con la joven, que mandó a su madre su ubicación por WhatsApp. Era la segunda vez que se veía con Marta Calvo, declaró el sospechoso a la Guardia Civil.

Desde dos días después, el 9 de noviembre, la chica figura como desaparecida. Las tareas de búsqueda, con participación de hasta 150 efectivos de distintos servicios de la Guardia Civil y de la Unidad Militar de Emergencias, se extendieron también a L'Olleria, donde el sospechoso vivió en otra casa de alquiler.

En una primera declaración, el principal sospechoso de lo que se investiga como una muerte violenta confesó ante los agentes que había "desmembrado" el cuerpo de la joven. Tras ello, el hombre, quien en ningún momento ha asumido la autoría de la muerte de la víctima, declaró que fue algo accidental en un episodio de sexo y cocaína. 

Reabrir otro caso

El nombre de Jorge Ignacio Palma aparece relacionado con un suceso anterior, que los investigadores se plantean ahora reabrir. Los hechos se produjeron el 25 de marzo, cuando se recibió la Policía recibió un aviso porque una mujer que ejercía la prostitución en un piso en Valencia estaba sufriendo convulsiones y el cliente que había estado con ella había abandonado precipitadamente la vivienda.

Hasta el lugar se desplazaron Policía Nacional, Policía Local y efectivos sanitarios, que trasladaron a la mujer al hospital, donde quedó ingresada en coma inducido hasta que murió el 3 de abril. Las compañeras de la fallecida habían facilitado las características físicas del hombre que estuvo con la víctima y que había sido su único cliente. La Policía acabó teniendo conocimiento de que este hombre podía ser Palma.

Sin embargo, en el momento de conocer su identidad, se disponía ya del informe de la autopsia que revelaba que la fallecida murió como consecuencia de un ataque epiléptico con consumo de sustancias estupefacientes.

Entonces no se apreció delito de tráfico de drogas porque, según señalan fuentes judiciales, se trataría de un consumo compartido "en el ámbito de la intimidad". En la autopsia se halló cocaína en la vagina de la mujer. Tampoco se le imputó omisión de socorro, porque, si bien Palma se marchó rápidamente de la habitación cuando la joven empezó a sufrir convulsiones, como recogió una cámara oculta, unas compañeras de la mujer sí la ayudaron.