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El consumo será uno de los pilares en el crecimiento económico del 2020, según los analistas.Archivo/EL TIEMPO

Ventajas y retos de la economía colombiana en el 2020

Analistas prevén que el PIB del país siga expandiéndose por encima del 3%.

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El crecimiento de la economía colombiana en el 2020 se moverá entre el 3,3 por ciento de los analistas más optimistas y el 3,1 por ciento de quienes consideran que el país perderá algo de tracción, en línea con la desaceleración global.

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Un 3,2 por ciento es la apuesta promedio de los analistas para el país, dato que la sigue ubicando como una de las economías más sobresalientes de Latinoamérica, en momentos en que la región crecerá a un ritmo del 1,8 por ciento y el mundo, al 2,7 por ciento, según proyecciones del Banco Mundial.

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A favor de Colombia también está el hecho de que su economía completa dos décadas de crecimiento permanente, incluso, durante lo más agudo de la crisis financiera reciente (2008-2009), cuando el crecimiento del PIB cayó a 1,2 por ciento (2009) para luego retomar su curso un año después con un crecimiento del 4,3 por ciento.

“El país va por una senda de crecimiento que es envidiada por muchos. No podemos darnos el lujo de dejar que el pesimismo se apodere de nuestro país”, manifestó esta semana María Lorena Gutiérrez, presidenta de Corficolombiana.

Pero el pesimismo no será lo único que deba esquivar la economía para mantenerse en esos niveles, también los coletazos de la coyuntura externa con una inminente desaceleración de su principal socio comercial (Estados Unidos), mientras que a nivel interno tendrá que lidiar con la tensión política y social de las últimas semanas, ver qué pasa con la reforma tributaria en el Congreso y si surten efecto las demás medidas económicas que impulsa el Gobierno.

El consumo de los hogares y la inversión privada seguirán siendo las claves del crecimiento, favorecidos por las bajas tasas de interés y una inflación controlada, coinciden los analistas, pero esto será en medio de mayores presiones inflacionarias, alto déficit en cuenta corriente y de los grandes retos fiscales, dicen.

Y si bien las recientes protestas sociales alcanzaron a prender las alarmas por los efectos sobre la producción, la inflación y el consumo de los hogares, los analistas no ven necesario hacer ajustes en sus proyecciones.

Juan Pablo Espinosa, director de Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia, dice que mantienen sus pronósticos. “Lo único que puede ser menor es el crecimiento del PIB del último trimestre de este año, que lo tenemos en 3,3 por ciento, y a la luz de los acontecimientos recientes puede ser inferior, del orden de 3 por ciento”.

En igual sentido se pronunció Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, quien aspira a que no prosigan los desmanes de quienes protestan y que las afectaciones al sistema productivo no se extiendan por mucho más tiempo. “Si esto es así, las expectativas de los empresarios no se afectarían mucho y, por tanto, seguirán creciendo el consumo y la inversión”, sostiene.

Pero no dejan de preocuparle los menores ingresos que generaría la reforma tributaria. “Según el Gobierno, la devolución del IVA a los más vulnerables cuesta 2,2 billones de pesos y la salud de los pensionados, cerca de un billón. Para mí no es claro que las propuestas de mayor recaudo sean suficientes para compensar los mayores gastos. Entre otras razones porque esos gastos son permanentes, mientras que los mayores ingresos, transitorios”, dice.

VENTAJAS

El consenso de los analistas apunta, además, a que si bien la inflación se mantendrá al alza y puede alcanzar el año entrante niveles cercanos al 4 por ciento, esta no se desbordará. Esto podría hacer que el Banco de la República opte por elevar unos 50 puntos básicos su tasa de intervención, aunque la mayoría de los economistas consideran que no tendrá mayor margen de maniobra en ese aspecto y termine dejándola en el actual nivel del 4,25 por ciento durante todo el 2020.

“Esperamos que el banco central se mantenga a la espera, debido a una brecha negativa de producción y que se genere una recuperación transitoria general de la inflación, junto con lo que consideramos riesgos a la baja para el crecimiento en 2020, que a su vez se reflejan como riesgos al alza para la inflación... para el año que viene esperamos un crecimiento regular debido a las débiles perspectivas mundiales y a la disminución del consumo interno. Reconocemos que los riesgos a la baja se deben a las malas expectativas derivadas de la caída de la ley de financiamiento”, comenta Joel Virgen, director y economista jefe de BNP Paribas para Colombia y México.

El 2020 será, no obstante, un año de ajuste para varios sectores de la economía que vienen de capa caída o a media marcha, como la industria y la construcción, mientras otros, como el financiero, mantendrán su protagonismo.

En Corficolombiana, por ejemplo, advierten que la industria tiene perspectivas favorables, pues de un crecimiento cercano al 2 por ciento este año esperan que transite a una tasa ligeramente superior al 3 por ciento.

El comercio, por su parte, se desacelerará de 5,2 en 2019 a 4,3 por ciento en el 2020, resultado de una expansión más discreta del gasto de los hogares, mientras que en el sector financiero anticipan una menor tasa de crecimiento, acompañada de una recomposición de la cartera en favor del crédito comercial.

El mayor cambio esperado será por el lado de la construcción de edificaciones, que después de acumular una caída del 8,9 por ciento en los últimos tres años tendrá un crecimiento positivo, aunque modesto; en tanto que continuará el buen desempeño de las obras civiles, como resultado de los cronogramas previstos por los concesionarios de las vías de 4G.

¿Ayudará esto a las cifras del desempleo? Las opiniones de los analistas están un tanto divididas, pues mientras que los de Bancolombia son optimistas y ven que la desocupación tenderá a converger a sus parámetros históricos, lo que implica una tasa de desempleo urbana sobre el 10,9 el próximo año, en Corficolombiana dicen que “si bien se prevé una disminución en la tasa de desempleo, las ganancias en términos de empleo serán modestas”.

DESAFÍOS 

Uno de los grandes desafíos que tendrá que enfrentar la economía, y el país en general, el próximo año tiene que ver con los efectos de la reforma tributaria, sobre lo cual están puestas las miradas, incluso las de las agencias calificadoras, pues de ello dependerá, en gran medida, que el Gobierno pueda mejorar sus cuentas fiscales.

El alto desempleo, la necesidad de una mayor austeridad fiscal, el debilitamiento de la economía global y los precios de las materias primas son parte de esas limitaciones que tendrá el país para seguir creciendo el año próximo.

“La incertidumbre global permanece. El mundo anda al vaivén de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, sumado a una sobreoferta de petróleo en el ámbito mundial, a un déficit comercial elevado y un malestar social y político generalizado (especialmente en América Latina) que nos ha afectado”, advierte Wilson Tovar, gerente de Investigaciones Económicas de Acciones & Valores.

Los desafíos no son fáciles si se tiene en cuenta que esa desaceleración mundial golpea de forma directa las exportaciones colombianas, mientras que los inversionistas tenderán a buscar cada vez refugios más seguros para sus capitales y saldrán de economías emergentes como la colombiana.

Los analistas coinciden en que el panorama para el 2020 no es de desastre, pese a las situaciones que lo rodean, pero sí ofrece circunstancias retadoras que el Gobierno puede sortear si cumple con los objetivos trazados y aplica las medidas correctas para impulsar la economía y solucionar la actual coyuntura política y social.

“A pesar de la incertidumbre, pensamos que la economía colombiana logrará seguir contra la corriente en 2020, pero con una realidad económica y política más sensible al acontecer mundial”, dice José Ignacio López, de Corficolombiana.


CARLOS ARTURO GARCÍA M.
Redactor de Economía y negocios
EL TIEMPO