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Foto: Especial

No me quedo en el pasado, me renuevo: Abraham Oceransky

El dramaturgo afirma que es responsabilidad del artista cambiar; en entrevista con La Razón adelanta que tras el cierre del teatro La Libertad abrirá otro recinto en Xalapa, Veracruz;”estamos generando un nuevo espacio donde era una alberca, tratamos de echarlo a andar”, comparte

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El destacado dramaturgo Abraham Oceransky afirma que no se queda en el pasado, ya que siempre se renueva, porque de esta forma conoce hacia dónde va el ser humano, qué busca y qué es lo que ha perdido, y así, a través del teatro, ofrecer al público mensajes que le sean útiles para su vida cotidiana. Ése es el motor que lo mantiene a sus 75 años creando, montando obras e incluso abriendo nuevos espacios donde las personas puedan disfrutar de este arte, cuenta en entrevista con La Razón.

Hoy en Palacio Nacional es galardonado con el Premio Nacional de las Artes y Literatura, en el ámbito de las Bellas Artes, junto a ganadores de los campos de lingüística y literatura, historia, ciencias sociales y filosofía y artes, y tradiciones culturales. Para él esta distinción “abre un horizonte de posibilidades” en su carrera, por eso le llena de satisfacción.

“Es el escalón más alto entre los reconocimientos que da el país. Me abre caminos nuevos, me siento reconfortado; es una inmensa felicidad seguir aportando a México”, expresa vía telefónica.

El galardón se le concede por “sus grandes aportaciones que han renovado el teatro nacional”, hecho que ha sido eje para Oceransky: “voy al tiempo que va la gente que trabaja conmigo. El deber de un artista es mantenerse en un nivel y cambiar”, señala.

Abraham Oceransky / Director de teatro

Oceransky es autor de piezas teatrales que hoy son clave en la historia del teatro en México: Las dos Fridas, que estrenó en 1988 y se ha remontado en años posteriores; El diario de Frida Kahlo y Acto de amor, basada en la obra de Mishima.

Su trabajo no sólo ha destacado en el ámbito creativo, sino también en lo social al abrir espacios independientes para el teatro, como El Galeón —que ahora lleva su nombre—. También fue fundador del extinto teatro La Libertad, ubicado en Xalapa, Veracruz, y que en 2018 cerró sus puertas.

Oceransky mantiene su compromiso de buscar que el teatro llegue a todos los rincones del país, muestra de ello es, que tras la pérdida del teatro La Libertad, impulsa un proyecto para abrir otro recinto.

“Desde entonces me moví muy rápido, conseguí dinero para alquilar una casa donde ahora estamos generando un nuevo espacio teatral en lo que era una alberca. Estamos tratando de echarlo a andar, me ha costado mucho trabajo empezar a ponerlo a funcionar, pero ya tenemos un pequeño foro en el que mientras sigamos pagando la renta lo podemos tener, estamos tratando de salir de la pérdida”, detalla.

Afirma que en la nueva administración ha estado en pláticas con las autoridades para ver si existe la posibilidad de conseguir un espacio en comodato. “La idea de levantar el teatro no es porque yo quiera un lugar privilegiado, sino porque debe haber más teatros en una ciudad, en Xalapa sólo hay dos recintos oficiales. Me gustaría volver a reponer un teatro o hacer más para que esta urbe sea brillante porque donde hay cultura deja de haber violencia”, dijo.

A más de un año del cierre del teatro La Libertad, señala que ésta ha sido sido una de las cosas en su vida que le “ha hecho sentir totalmente infeliz, no sólo por mí, por toda la gente que trabajaba conmigo, todo lo que se perdió, El teatro la Libertad tenía un significado ya desde el nombre, de poder permanecer de manera independiente, que podíamos llegar al público y que había hecho algo importante para la sociedad; bajó la delincuencia en la zona.

“Cuando se cerró el teatro fue un golpe al corazón, a mí me desmoronó, me hizo pedazos, me destrozó, me causó mucho dolor”, concluyó el dramaturgo.

Abraham Oceransky

Distinguen su labor: