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Dunas. En este ámbito se encuentran varias especies medicinales.IRENE MARSILLA

La Albufera, una farmacia natural

Plantas medicinales. Uno de los valores del parque es la cantidad de especies de flora con propiedades curativas que se encuentran en las dunas, acequias, ullals o malladas | Se extraen remedios contra el dolor, las inflamaciones, estimuladores de la circulación o de higiene bucal, entre otros

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Valencia

Remedios contra el dolor de cabeza o para las afecciones respiratorias; antisépticos naturales o productos para la higiene dental y bucal. Estas son sólo algunas de las aplicaciones de numerosas plantas que se pueden encontrar en la Albufera. Isabel Martínez Solis, profesora de Botánica Farmacéutica de la Universidad CEU-Cardenal Herrera, ha realizado amplios estudios sobre las bondades de algunas de las especies del parque.

Estas plantas se pueden localizar en numerosos puntos de la Albufera. Las dunas son un ejemplo. Entre otras especies se puede encontrar el 'Pie de paloma' (Alkanna tinctoria) que tiene propiedades cicatrizantes.

También en este ámbito se desarrolla una planta quizá menos conocida pero con una amplia cantidad de utilidades. Es la algodonosa (Otanthus maritimus) que tiene usos tan diferentes como astringente, antirreumática, antiinflamatoria, diurética y depurativa.

El palmito (Chamaerops humilis), que se encuentra en ámbitos dunares, tiene unos frutos astringentes que se utilizan para tratar las diarreas.

En los ullals y márgenes de acequias es frecuente que crezcan olmos (Ulmus minor). Se trata de una planta introducida por el hombre en el parque. La corteza de las ramas con uno o dos años se utiliza por sus propiedades astringentes, antiinflamatorias y cicatrizantes. Además, por vía oral se utilizan para combatir la diarrea.

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Acequias. En sus márgenes y en los ullals se desarrollan varias especies.LP

En la Albufera también se puede encontrar enebro marino (Juniperus oxycedrus). Es muy apreciado y se utiliza por vía tópica para varios problemas de piel como la seborrea, el acné o la psoriasis. Además, es un antiparasitario.

El mirto (Myrtus communis) también se desarrolla en los ámbitos dunares. Las infusiones con hojas y brotes jóvenes se pueden utilizar para las afecciones respiratorias, ya que es un antiséptico, y para favorecer la digestión. Con los frutos se prepara un vino aromático de carácter astringente.

El parque cuenta con una representación de ejemplares de lentisco (Pistacia lentiscus). De él se extrae una resina aromática denominada 'almáciga' o 'mástique' que como goma de mascar se emplea en la higiene bucal. A veces se utilizan tallos jóvenes y hojas para enjuagues.

Del romero (Rosmarinus officinalis) se emplean tanto las hojas y las flores. A partir de ellas se extrae el alcohol de romero. Con él se mitigan el dolor y las inflamaciones. También se emplea en infusiones con fines digestivos.

La zarzaparrilla (Smilax aspera) se utiliza como un diurético para estimular el funcionamiento del riñón.

VISITA. RINCONES
El Tancat de Milia es un humedal artificial que busca recuperar la calidad de las aguas

Una iniciativa a comienzos de siglo intentó la transformación de dos arrozales, al sur de la Albufera, en humedales artificiales para que funcionaran como reservas naturales y como filtros verdes para la mejora de la calidad de las aguas del parque. Eran los tancats de Milia y L'Illa. El primero se extiende sobre una superficie de 33,4 hectáreas y comenzó a funcionar en 2012. Ubicado en el municipio de Sollana, está gestionado por Pavagua Ambiental y la Fundación Assut.

El agua llega hasta el tancat bombeada desde el parque. Allí se la somete a un tratamiento en varias fases y posteriormente es devuelta a la laguna.

Es una zona fácilmente accesible y en la que desde hace un año se ha levantado una torre mirador en la que se obtiene una buena panorámica del parque. La instalación se ha realizado con materiales reutilizablesy con paja de arroz.

LA ESPECIE. PATOS
El Netta rufina ha caído por la contaminación y la escasez de agua

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El pato colorado es el pato buceador más grande en España. Es fácilmente distinguible por su plumaje nupcial, ya que luce un intenso color castaño rojizo en la cabeza y la parte anterior del cuello así como un llamativo pico de color rojo coral. Necesita para vivir de grandes láminas de agua con abundante vegetación palustre en las riberas. Su alimentación es básicamente omnívora, aunque la mayor parte es de origen vegetal a las que añade diversos animalillos acuáticos. En el pasado estas anátidas convirtieron la Albufera en uno de sus principales hábitats en el Mediterráneo. El incremento de la contaminación, la escasez de agua y la caza han reducido su representación. Su presencia es un indicador de la salud ambiental del parque, ya que gusta de una vegetación que se desarrolla con unas condiciones exigentes. Su época de cría se desarrolla entre los meses de abril y agosto. La hembra suele poner entre seis y doce huevos y el periodo de incubación ronda los 28 días. En este periodo el macho cambia el plumaje y pierde la capacidad de volar.

EL PARQUE EN IMÁGENES
El cultivo del arroz en el humedal

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El arroz ha jugado un papel clave para configurar el actual paisaje de la Albufera. Gracias a los arrozales se ha detenido el proceso natural de desecación del espacio y se ha convertido en uno de los principales humedales españoles.

La tierra se empieza a trabajar a fines del invierno, una vez se retiran las aguas. El momento de la siembra es una de las épocas más espectaculares por la elevada presencia de aves que acuden al parque a nidificar. Los arrozales se convierten en fuente de alimentación. Durante los meses del invierno, y gracias a la inundación que se realiza entre noviembre y enero, la perellonà, el parque se convierte en un punto muy atractivo para las aves que están emigrando desde el norte de Europa en busca de latitudes más cálidas.

LA CLAVE HISTÓRICA
Carlos III publicó unas reales ordenanzas para conservar el lago de acuerdo con los principios ilustrados

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1761. El 3 de abril de ese año el monarca incorporó a la Corona la Albufera y la Dehesa. Unos meses más tarde, el 18 de julio, Carlos III publicó unas reales ordenanzas para mejorar este espacio de acuerdo con los principios de la Ilustración. Se agrupan en 67 capítulos y abarcan todos los aspectos que afectan al paraje: desde la caza hasta la pesca pasando por medidas fiscales. Estas disposiciones fueron modificadas en dos ocasiones (1762 y 1769) a lo largo de su reinado.