El secreto de Leonardo da Vinci
by ANSALeonardo da Vinci "tuvo que pintar el cuadro "Salvator Mundi" a partir de la Sábana Santa, en el mismo cuarto", según dijo en una entrevista con ANSA el escritor Clive Prince.
Los rostros del Salvator Mundi y del hombre del sudario "miden lo mismo en ambos originales: 18,2 centímetros desde la base del cabello a la barbilla. No pudo ser una coincidencia", sostiene.
"Cada rasgo se corresponde por completo", tal como desveló una sobreexposición, añade Prince.
Junto con otras evidencias "no prueba que Leonardo creó el sudario, pero tuvo que haber pintado el Salvator Mundi a partir de él. Y tuvo que estar en el mismo cuarto donde estuvo la reliquia", afirmó.
Prince sostiene que el genio del Renacimiento fabricó la Sábana Santa de Turín, tal como publicó en un libro hace 25 años junto a Lynn Picnkett del que se acaba de editar una edición actualizada, "El gran secreto de Leonardo da Vinci" (Ediciones Luciérnaga). En 1988 la Iglesia accedió a someter a la Sábana Santa a una serie de pruebas para determinar su antigUedad.
Se probó que el sudario se remonta al periodo entre el año 1000 y el 1500 y que la tela era de entre 1260 y 1390, por lo que la Sábana Santa era falsa.
El escritor apunta también otro detalle: "La esfera que sujeta el Salvator Mundi es de cuarzo, no de vidrio. Leonardo da Vinci utilizaba estos cristales como lentes, que eran mejores que las de vidrio". Prince cree que el genio del Renacimiento "utilizó una técnica fotográfica para crear la imagen de la Sábana Santa".
Según él, la cara que puede verse es Da Vinci, "es un autorretrato".
Y en ella "trabajó en secreto porque en esa época la Iglesia pensaba que cualquier cosa que tuviera que ver con la captación de imágenes estaba prohibido, por lo que no podía hacer sus descubrimientos públicos".
Además, el genio del Renacimiento "tuvo sentido del humor pues encontró el lugar para proteger su descubrimiento: hacer algo que la propia Iglesia llegara a proteger". El "Salvator Mundi" se encuentra desaparecido desde hace dos años, cuando un emir árabe presuntamente lo compró en una subasta por 380 millones de euros, convirtiendo la obra en la más cara de la historia.
Una exposición en el Museo del Louvre dedicada a Da Vinci fue inaugurada recientemente sin la obra, que se esperó hasta el último momento.