El país avanza 11 puestos en el mundo en desarrollo humano
Hoy, en Bogotá, Programa de Naciones Unidas hace lanzamiento global del nuevo informe.
by Mauricio GalindoColombia subió 11 posiciones en el escalafón del índice de calidad de vida que Naciones Unidas hace a través de su Programa para el Desarrollo, medición que tendrá hoy en Bogotá su lanzamiento global.
El Informe de Desarrollo Humano 2019 revisa, en todo el mundo, realidades asociadas a salud, educación, desigualdad, entre muchos diferentes aspectos, y se presenta hoy, en un acto encabezado por Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y el presidente Iván Duque.
En el informe anterior, presentado en marzo del 2017, el país había estado en el puesto 95, entre 189 países analizados. En una actualización estadística realizada el año pasado con el mismo número de países, Colombia pasó al puesto 90, y en el informe que se presenta este lunes sube al lugar 79.
La evaluación de Colombia llevó a un índice de 0,761, mientras que en el informe anterior el país había tenido un índice de 0,727. El máximo posible es 1, y el país que encabeza el escalafón es Noruega, con 0,954.
De acuerdo con el informe, hay progresos en el país en aspectos como la expectativa de vida, médicos por habitante, escolaridad pero también en un problema histórico, la desigualdad. Esa evolución influyó para que el PNUD hubiera decidido hacer en Colombia el lanzamiento global.
En la perspectiva mundial, el reporte del PNUD enfatiza en que, más allá de la desigualdad por ingreso e, incluso, avances frente a desigualdades del siglo XX, hay una nueva generación de desigualdades que está emergiendo.
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“Ya no es más la economía, estúpido”, comenta Steiner, parafraseando la famosa frase de James Carville, en la campaña de Bill Clinton, en 1992.
De esta manera, llama la atención sobre efectos ‘sísmicos’ en lo social, el cambio climático o los avances tecnológicos. Por ejemplo, las suscripciones a móviles y el acceso a banda ancha pueden determinar las condiciones de vida de las personas en el mundo. Y mientras en países con desarrollo humano alto la suscripción a celulares es de 131,6 por cada 100 habitantes, en países con bajo desarrollo solo llega a 67.
En Colombia vemos inicialmente un panorama admirable. Está en la posición 79, con respecto a la posición 90 el año anterior
“Considere que hay dos niños nacidos en el 2000 –señala el reporte, para enfatizar en que las inequidades pueden estar determinadas desde antes de nacer–. Uno en un país con desarrollo alto, y otro con desarrollo bajo. Hoy en día, el primero tiene una probabilidad de 50 sobre 50 de estar inscrito a un nivel de educación superior, mientras que la posibilidad del segundo es menor, dado que en países con bajo desarrollo solo el 3 por ciento de los niños ingresan a una educación superior”.
En Colombia, uno de los avances es frente a la desigualdad del ingreso. Esta, que se mide con el coeficiente de Gini (en donde más cerca de 100 es mayor la desigualdad), pasó de 53,5 en el reporte presentado en 2017 a 49,7, ahora. Aún así, sigue siendo alta en comparación con el resto de países, lo que termina afectando los avances en el índice. Como lo explica el administrador del PNUD a EL TIEMPO: “En Colombia vemos inicialmente un panorama admirable. Está en la posición 79, con respecto a la posición 90 el año anterior. Pero cuando estos resultados se analizan bajo el rango del IDH ajustando por desigualdad, Colombia desciende 16 puestos, por lo que sería el 95 en este año”. Steiner ve casos similares “como Brasil, que cayó 23; México, 17; Chile, 14”.
Sin embargo, en la medición ajustada por desigualdad, Colombia también avanza en el escalafón de desarrollo humano: En el 2017 ocupaba el puesto 103. Avanzó al 102 el año pasado y, como lo señala Steiner, al 95 en el presente año.
De acuerdo con el informe, hay avances específicos en Colombia en la esperanza de vida, que pasó de 74,2 a 77,1 años, o los años esperados de escolaridad, que suben de 13,6 a 14,6, así como en el número de médicos por cada 10.000 habitantes, que pasa de 18,2 a 20,8.
Pero también hay variables que se mantienen estables como el número de estudiantes por cada maestro en primaria (24), la tasa de mortalidad materna (64 por cada 100.000 nacimientos), y las camas de hospital por cada 10.000 habitantes (15). Es preocupante el aumento de la tasa de natalidad por cada 1.000 mujeres adolescentes entre 15 y 19 años, que pasó de 52,2 en 2017 a 66,7, hoy.
El PNUD resalta que el mensaje más importante es que las desigualdades se pueden combatir si se actúa ahora. Por ejemplo, las brechas entre países desarrollados y en desarrollo en capacidades básicas, como educación primaria, sí se vienen cerrando (gracias, por ejemplo, a la tecnología) y el reto es acelerar esa convergencia. En cambio, en capacidades mejoradas, como educación superior, persisten las grandes desigualdades, y es necesario su fortalecimiento.
El niño nacido en el país con bajo desarrollo seguirá teniendo una probabilidad del 17 por ciento de morir antes de los 20 años
El PNUD recomienda avanzar en la eficiencia de los mercados, aumentando la productividad que se traduce en los ingresos crecientes y compartidos. La entidad también manifiesta que estos desafíos para reducir inequidades pueden abordarse a través de la aplicación de impuestos sobre los ingresos, la riqueza o el consumo, o transferencias del Gobierno.
Sin embargo, mientras se desarrollan las estrategias para combatir la desigualdad, “el niño nacido en el país con bajo desarrollo seguirá teniendo una probabilidad del 17 por ciento de morir antes de los 20 años, frente al niño del país desarrollado que solo tiene una posibilidad del 1 por ciento de que esto suceda”.
Una nueva generación de desigualdades
Achim Steiner, cabeza del Pnud se refiere a los principales retos mundiales frente a la desigualdad.
El informe reconoce avances de décadas frente a la pobreza. ¿Cómo capitalizarlos para reducir la desigualdad?
Lo que el informe señala es que las desigualdades del siglo XX están superponiéndose a una nueva generación de desigualdades que está surgiendo. Producto, por ejemplo, del surgimiento de la economía digital. Las opciones de desarrollo económico que un país tomará definirán, en esencia, si estas serán un motor de mayor equidad o de una desigualdad mucho mayor.
¿Cómo gestionaremos el impacto del cambio climático para no exacerbar la desigualdad? Estos son solo dos ejemplos del tipo de cambios ‘sísmicos’ a los que se refiere el informe.
¿Cómo pueden países de ingresos medios y bajos evitar rezagarse de los enormes avances tecnológicos?
La expansión de la telefonía móvil en los últimos veinte años es una historia de cómo la financiación por el sector privado tomó el liderazgo en la expansión de una plataforma mientras los gobiernos intentaban mantener los monopolios de las telefónicas del siglo XX. En el momento en que los gobiernos se dieron cuenta de la necesidad de proporcionar un mercado regulado que atrajera inversiones del sector privado, se abrió la puerta a una gran explosión en el desarrollo de la infraestructura.
Aquí hay un ejemplo de cómo una política de escasez de capital puede cambiarse con un marco regulatorio distinto.
Existen ámbitos, como el cambio climático, que requieren que el mundo actúe de manera conjunta. Un desafío que ningún país puede afrontar por sí solo
¿En qué deben enfocarse los esfuerzos ‘premercado’, es decir, las inversiones relacionadas con educación?
Es extremadamente importante crear un campo más nivelado, y observar y corregir la desigualdad basada en aspectos como el lugar o el grupo de ingresos en que se nace.
Un dato interesante que el informe menciona es que niños de familias profesionales en Estados Unidos están tres veces más expuestos al número de palabras que los de una familia que recibe asistencia social, lo cual tiene un efecto en todos los exámenes que definirán sus oportunidades por el resto de su vida. El vocabulario básico que tengas basado en la familia en que naciste, y cómo se replica en la exposición social, entre otros, como la escuela a la que asistirás, los amigos con los que pasarás tu tiempo, básicamente consagra o graba una desventaja que puede ser muy difícil de superar.
En desigualdad, ¿serían útiles compromisos multilaterales como los que se han hecho en cambio climático?
Es una pregunta muy interesante, y creo que ninguno de nosotros tiene una respuesta simple y directa. Existen ámbitos, como por ejemplo el cambio climático, que requieren que el mundo actúe de manera conjunta. Un desafío que ningún país puede afrontar por sí solo. Actualmente tenemos herramientas como la Agenda 2030 y los ODS, que pretenden llegar a un entendimiento común y sofisticado de aquellas cosas que impulsan el desarrollo sostenible, así como las posibles amenazas que puedan ponerlo en riesgo.
MAURICIO GALINDO Y MARÍA CAMILA PÉREZ GODOY
Redacción de Economía y Negocios