¿Los gatos son menos cariñosos que los perros?
Pretendemos que se expresen con entusiasmo, pero la clave está en aprender a interpretarlos. Su manera de ser tiene que ver con sus orígenes.
Los gatos son los animales domésticos independientes por excelencia. Esta característica esencial los vuelve los preferidos de algunos, pero también los más menospreciados por otros. Muchos los reprochan por su supuesta "falta de afecto" o pocas demostraciones de cariño e, inevitablemente, los comparan con los perros.
Es evidente que el nivel de expresividad de los gatos, en comparación con los perros, es menor. La manera en que los perros se comunican es más cercana, al menos con su dueño. BBC cuenta que esto tiene que ver con el origen de su domesticación. Los perros fueron adoptados como compañeros de manera espontánea e inmediata. Ayudaban con la caza y se compartía con ellos el botín. Los gatos, en cambio, eran incentivados a conseguir su propio alimento. Vigilaban el perímetro, los cultivos y ahuyentaban ratones y demás alimañas.
La independencia y su capacidad de cuidarse solos los caracterizaba. Tras haber sido domesticados, hoy por hoy muchos pretenden otra actitud por parte de ellos. Su manera de expresar cariño es diferente y nosotros, como dueños, debemos aprender a interpretarlos.
Llegás a tu casa y el perro salta de emoción, mueve la cola, ladra. El gato puede quedarse sentado en algún lugar distante, mientras te observa y, quizás, abre y cierra los ojos lentamente. ¿Es un desinteresado? No, es su manera de demostrar que reconoce tu regreso y está contento de verte.
Si un gato se refriega contra tu pierna, está demostrándote su cariño. Son independientes, sí, pero en los primeros meses de vida se forjará un lazo fuerte entre él y su dueño; difícil de quebrarse. Si tiene su plato de comida, de agua y su caja de arena bien acondicionados, se sentirá tranquilo y cómodo para ser aún más social. Social, a su manera gatuna.