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Activistas feministas hacen un performace en la plaza del Zócalo en Ciudad de México (AP Foto / Marco Ugarte)  

Dos jueces dejan en libertad a un agresor y al salir asesina a su esposa en México

Los togados fueron suspendidos mientras se indaga el feminicidio.

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CIUDAD DE MÉXICO. Un nuevo feminicidio ha conmocionado a México después de meses de protestas de mujeres y de promesas de políticos: el de Abril Pérez Sagaón.

En enero, denunció a su marido, un alto ejecutivo, por golpearla con un bate mientras dormía.

En noviembre, la justicia de la capital mexicana le liberó tras un par de meses de cárcel.

El lunes, fue asesinada.

El viernes, miles de mujeres volvieron a salir a la calle.

El poder judicial de Ciudad de México anunció el viernes la suspensión de dos de los jueces implicados en la liberación del exesposo; la fiscalía capitalina investiga lo ocurrido y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, mostró su pesar, porque “hay antecedentes de que no se le brindó protección, que no hubo apoyo; al contrario, se dejó en libertad al agresor”.

Mientras, el llamamiento de justicia de la familia ha sido claro. “No podemos seguir permitiéndolo, por eso la voz de Abril se va a escuchar”, dijo Ana Pérez, su hermana, desde Monterrey.

En Ciudad de México, esa exigencia se convirtió en clamor con miles de mujeres participando en un performance multitudinario en el Zócalo al grito de “el violador eres tú”. La frase se popularizó con una protesta homóloga en Chile en días pasados y se replicó en otros países como Francia y Estados Unidos.

La historia de violencia de Abril Pérez Sagaón comenzó hace años.

Juan Carlos García, su exmarido, es un alto ejecutivo con estudios en Harvard, exdirectivo de compañías como Amazon o Walmart y emprendedor muy reconocido, pero su esposa llevaba mucho tiempo sufriendo acoso, seguimientos y celos enfermizos, indicó su hermano Javier, y no se había separado de él por sus fuertes convicciones católicas. La pareja, con tres hijos, vivía en Ciudad de México.

Todo cambió el 4 de enero, cuando García le dio “tres batazos, dos en la cabeza y uno en la espalda” mientras dormía, lo que la dejó dos semanas en el hospital, explicó el hermano en un video del Grupo Reforma. Cuando su hermano la vio, todavía tenía “los dedos pintados en el cuello” por el intento de estrangulamiento.

Abril decidió denunciar, se activaron en su favor los protocolos por intento de feminicidio, se separó de García y se fue a Monterrey.

El exesposo fue procesado por feminicidio en grado de tentativa y en septiembre detenido y encarcelado, pero posteriormente varios jueces reclasificaron el delito como “violencia familiar y lesiones” y en noviembre salió libre con una orden de alejamiento y empezó a luchar por la custodia de sus hijos.

Según Javier Pérez Sagaón, en la audiencia en la que quedó libre, su hermana contó al juez las agresiones y que temía por su vida, pero el magistrado argumentó que si García la hubiera querido matar la habría atacado despierta y que “un bate para un juez no es considerado un arma sino un juguete, un artefacto lúdico”.

El lunes miles se manifestaban por el Día Internacional para la Erradicación de la violencia contra las Mujeres y exigían medidas efectivas para prevenir estos delitos y que se hiciera justicia por las 10 mujeres que son asesinadas al día en todo el país. La ciudad acababa de declarar la “alerta de género” una especie de estado de emergencia en el que viven ya 20 de los 32 estados de México.

Ese mismo día mataron, al menos, a tres mujeres en la capital: una policía, una mujer asesinada en una gasolinera aparentemente con una perforadora de papel y a Abril.

La regiomontana acababa de atender a una audiencia sobre la custodia de uno de sus hijos y cuando regresaba al aeropuerto con su abogado para volver a Monterrey, donde vivía desde hacía meses por miedo, la ejecutaron desde una moto cuando iba en un automóvil.

“Por el vidrio trasero del lado del copiloto dispararon a mi hermana directamente”, explicó el Ana Pérez Sagaón a la emisora MVS. “Mi sobrino iba recargado en el asiento de mi hermana, a un centímetro arriba de la cabeza de mi sobrino, dispararon”.

Ulises Lara, portavoz de la fiscalía capitalina, que había apelado la reclasificación del delito de García antes del asesinato por el riesgo para la víctima, explicó el viernes que en estos momentos tienen abiertas dos investigaciones: una por la tentativa de feminicidio de principios de año y otra por el feminicidio de esta semana pero que hay que abordar el caso de forma conjunta.

“No se puede observar el hecho como un acto aislado”, indicó. “La persona vivía en un contexto de violencia y de agresión que no puede ser tipificado como un acto suelto”.

El vocero señaló que tienen videos y testimonios del asesinato y señaló que el exmarido está citado para presentarse ante los tribunales en fechas próximas por el primer caso y que si no lo hace “se le cancelarían todos sus derechos”.

Agregó que la queja y la investigación contra los jueces debe incluir las razones por las que no hubo una visión de género cuando reclasificaron el delito de García.

En el Zócalo de Ciudad de México, miles coreaban “es feminicidio, impunidad para el asesino”, como parte de una coreografía cuya letra acusa también a los jueces, los policías y al Estado por el enquistamiento de la violencia contra las mujeres.

Por la noche, en la capital todavía retumbaba el ritmo de la frase “Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía”. Y en las redes sociales la exigencia de justicia con el lema #LaVozdeAbril.