http://www.invasor.cu/images/invasor/articles/2019/11/29/01/full-mapa.jpg
El plano señala la parada de Maceo, los invasores y el Consejo de Gobierno en Armas en Gil Herrera, el encuentro de estos con Gómez, la conformación y partida del Ejército Invasor. Imagen: archivo del autor

La parada en Gil Herrera

by

El Lugarteniente General Antonio Maceo y los invasores orientales, junto al Consejo de Gobierno de la República en Armas, después de cruzar la Trocha Militar de Júcaro a Morón, al amanecer del 29 de noviembre de 1895, efectuaron una parada en Gil Herrera, finca perteneciente al barrio de Lázaro López, en el entonces municipio de Ciego de Ávila.

La acampada en este lugar obedeció a un receso de la marcha, después de ocho leguas de camino desde el campamento de Artemisa, fundamentalmente, para enviar correo al General en Jefe Máximo Gómez, quien se encontraba en Los Hoyos. Tuvo como objetivo avisar la presencia del contingente oriental; además, almorzar, dar algún descanso a la tropa y los caballos.

No era Gil Herrera un sitio propicio para un campamento o estancia prolongada, por ser un lugar de un solo camino o serventía de acceso para la comunicación entre fincas. Dicha propiedad contaba con algunas casas y en 1895 se componía de una comunidad de dueños.

Sobre este acontecimiento, refiere el jefe del Estado Mayor del Ejército Invasor, el General de Brigada José Miró Argenter, en sus Crónicas de la Guerra: “A dos leguas de la Trocha se hizo alto para expedir correos al general Gómez; y con noticias más tarde de que el Cuartel General se hallaba a media jornada, se prosiguió el camino para ir al encuentro de Máximo Gómez…”.

Por su parte, el General Antonio Maceo, en carta remitida a su hermano José, desde Lázaro López, el 30 de noviembre, le manifiesta: “Ayer, poco después de haber amanecido, llegamos a la Trocha de Júcaro a Morón, que cruzamos sin otra novedad que algunos disparos hechos por el fuerte La Redonda, que nos causó un herido leve y cuatro caballos heridos al azar. Continuando nuestra marcha avance (sic) nos reunimos, por la tarde a un cuarto de hora del poblado de Gil de Herrera, con las fuerzas del Camagüey al mando del General en Jefe, a quienes acompañaban los generales Carlos Roloff y Serafín Sánchez”.

Desde este lugar partieron Maceo, los miembros del Gobierno de la República en Armas y los invasores, al encuentro con Gómez, que ocurrió en la finca San Juan, a las 3:30 de la tarde, al avanzar ambas fuerzas para coincidir en el mismo punto en el que se abrazaron ambos generales y, llenos de júbilo, se unieron orientales, camagüeyanos y villareños.

Luego, en el campamento Lázaro López-Santa Isabel se efectuó, la tarde noche del 29 y madrugada del 30 de noviembre de 1895, la organización definitiva del Ejército Invasor, y, en las ruinas del fuerte español de Lázaro López, ubicadas en la finca Santo Tomás, donde hoy se levanta el Conjunto Monumental, fue el escenario escogido para la parada militar de la imponente fuerza, al amanecer del 30.

Allí se pronunciaron las históricas arengas del General en Jefe y la del Presidente de la República en Armas, Salvador Cisneros Betancourt, y partió la Invasión al Occidente.

En 1995, jóvenes y combatientes de todas las provincias del país realizaron la reedición para conmemorar el centenario del acontecimiento. Por tal motivo en Gil Herrera se construyó un obelisco que señalaba el hecho, aledaño al hito que marcaba la reedición efectuada en 1945 por efectivos del Ejército de la República.

La Comisión Municipal de Monumentos de Ciego de Ávila, en coordinación con la Dirección Provincial de Patrimonio y la Dirección Municipal de Cultura, aprobó la restitución del monumento con un nuevo proyecto; así, se reconocerá la importancia y trascendencia de este sitio para la historia de la provincia avileña y la nación cubana.