El Departamento Ideológico vs. José Daniel Ferrer
by René Gómez ManzanoEl reportaje retransmitido por la Televisión Cubana pone de manifiesto el alto grado de manipulación de la propaganda castrista
LA HABANA, Cuba. – En su Emisión Estelar de este miércoles, el Noticiero de la Televisión Cubana transmitió un material consagrado al fundador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y gran líder opositor oriental José Daniel Ferrer García. Tan bueno les pareció a los burócratas del Departamento Ideológico del Comité Central, que lo han repetido en más de una ocasión.
El reportaje brinda suficientes elementos para que podamos valorar cómo obra esa versión antillana del Ministerio de Propaganda nazi cada vez que, abusando del monopolio que ejerce sobre los medios de comunicación, monta una campaña de descrédito contra alguno de los ciudadanos que se enfrentan al régimen castrista de manera destacada.
Ese ente agitador merece múltiples calificativos. Es a un tiempo tenebroso, maquiavélico, aburrido, manipulador, torpe, mentiroso y patético. Su único norte es defender el castrismo a como dé lugar y atacar a quienes se le enfrentan. Su modo de actuar es la impartición de órdenes a todos los órganos de prensa, a los cuales les indica no sólo qué tienen que decir, sino cómo deben hacerlo.
En esta ocasión, los ingredientes empleados en la “olla podrida” (¡nunca más apropiado el nombre de ese plato castellano!) son simples: una escena que ellos consideran comprometedora (la del líder oriental golpeándose la frente contra la mesa en la sala de interrogatorios) y una declaración de él mismo en la que alude a sus fuentes de financiamiento. Nada más. El resto es puro montaje.
¿Por qué afirmo esto último? Veamos los distintos aspectos concretos de esta nueva andanada propagandística. El elemento central es —¡no faltaba más! — el “imperialismo yanqui”; en este caso, personificado por el actual inquilino de la Casa Blanca. Diversas imágenes del señor Donald Trump sirven para cumplir ese cometido.
En este tema cabe mencionar las alusiones a los supuestos “cipayos del dólar”; entre ellos, el señor Luis Almagro. Se trata de un hombre de izquierdas (fue canciller en los gobiernos del Frente Amplio del Uruguay), pero es un demócrata sincero. El odio que exhiben contra él demuestra la efectividad de su trabajo. Las simpatías socialistas del Secretario General de la OEA no le impiden solidarizarse con el pueblo venezolano, sometido a las tropelías de Maduro, o con el de Bolivia, víctima del fraude electoral montado por Evo Morales.
Por cierto, como se sabe, la falsa victoria de este último personaje en el “pucherazo” que orquestó, fue anunciada el 24 de octubre; es sólo a partir de ahí que comenzaron las protestas populares. Entonces uno no alcanza a comprender cómo es que en el material contra Ferrer García (cuya detención se produjo el primero de ese mes; ¡más de tres semanas antes!) se puede afirmar que las denuncias de la desaparición de él están relacionadas ¡con el “golpe de estado” en Bolivia!
Editadas fueron también las escenas en que la señora Mara Tekach, encargada de negocios de Estados Unidos en La Habana, visita la casa de José Daniel. Lo único que ellas demuestran es la valiosa solidaridad del gran país del Norte con los demócratas cubanos presos. ¡No es fácil darse un viaje de ida y vuelta por carretera de la capital a Santiago de Cuba! Y la embajadora lo hizo no “para darle sus instrucciones personalmente a José Daniel” (otra mentira del reportaje, pues él estaba ya preso), sino para solidarizarse con sus familiares.
Con respecto a la desaparición del líder de la UNPACU, el montaje se facilita gracias a los casi dos meses transcurridos desde su arresto. No informaron a sus seres queridos dónde él se encontraba; el auto de imposición de la medida cautelar de prisión, de 7 de octubre, ¡lo notificaron cuarenta días más tarde! Pero exhiben escenas de una visita familiar posterior, y cualquier incauto puede pensar que esas imágenes son de la misma temporada en que se denunciaba que estaba desaparecido.
Sobre las supuestas agresiones físicas perpetradas por José Daniel, aparecen cuatro sujetos que lo acusan de “golpizas salvajes y brutales”. Eso es lo malo de ser abogado: La acusación que pende sobre el fundador de la UNPACU y sus tres compañeros de infortunio no versa sobre hipotéticas tundas propinadas en momentos diversos a cuatro individuos, sino sólo sobre el supuesto secuestro y lesiones de Sergio García González (o “Gonzales”, como escriben los analfabetos funcionales de la Televisión Cubana).
Este sujeto, quien afirma que “ya se siente bastante bien”, trató de exhibir ante las cámaras unas lesiones invisibles. Al librarse del “secuestro” al que —según dice— lo sometieron Ferrer García y sus amigos, no corrió a curarse en un hospital de Santiago de Cuba (donde se encontraba), sino que primero viajó en moto hasta Mayarí, y fue sólo allí que solicitó ayuda médica…
Por lo demás, otro elemento básico de este tipo de materiales es que en ellos se silencia al ciudadano descalificado. Salvo lo relativo a la ayuda económica recibida por la UNPACU (mejor habría sido no especificarlo en público), no se oye ni un solo planteamiento de José Daniel. Está claro que no pueden hacerlo: Apenas 10 o 20 segundos de la argumentación hecha contra el régimen por el demócrata oriental (o por cualquier otro líder opositor cubano, si al caso vamos) bastarían para concitarle la más amplia simpatía popular.
Y del golpear de su frente contra la mesa, ¿qué decir? Ese comportamiento —algo nada fácil de hacer—, además de poner de manifiesto el tremendo brío de José Daniel, me obliga a hacerme una pregunta: ¿Qué cabronadas no le habrán hecho fuera de las cámaras para llevar a un hombre cordial y noble como él a semejantes extremos!
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