Estudiantes y cadetes un día azul

La lluvia acordó una tregua para que estudiantes universitarios, liceístas y cadetes se encontraran por primera vez desde la batalla de La Victoria. Antes, jóvenes opositores de la UCV y universidades privadas fueron recibidos y entregaron una carta a los muchachos de verde oliva. El patriótico discurso de hermandad del cadete sorprendió a propios y extraños. Después le sucedió una joven militar y la emoción se hizo llovizna y piel. Este 21 de noviembre de 2019 marcó un hito en el movimiento estudiantil venezolano, como lo hizo, el mismo día de 1958, la juventud revolucionaria.

Desde la batalla de La Victoria, estudiantes civiles y militares no se encontraban en los caminos de la Patria. Las clases gobernantes se encargaron de que el extrañamiento fuese mutuo. Lo llevaron casi al rechazo y al desconocimiento. La UCV y la Universidad Militar están geográficamente cerca, pero espiritualmente distantes, como astros que giran en órbitas distintas en el mismo país.

La revolución bolivariana acortó la distancia y unió en un solo sueño a su juventud. Que los historiadores de mañana registren el hecho y los poetas del futuro canten a la sonrisa de Hugo Chávez y la mirada victoriosa de José Félix Ribas.

Todo fue azul en el Paseo Los Próceres, cuando se encontraron la casa de las boinas azules y la de los sueños azules. Hubiese sido un mediodía sublime para el poeta Cruz Salmerón Acosta, seducido por el “azul de aquella cumbre tan lejana…/bajo la paz azul de la mañana”. La poesía es otra forma de contar la historia. O de cantarla, si lo hace el inmenso Rubén Darío cuando confesó: “Yo soy aquel que ayer no más decía / el verso azul y la canción profana”. Azul es color de independencia en la bandera de Francisco de Miranda. Para la derecha que lleva fascistas a la AN en desacato, era una herejía la marcha unida de universitarios, liceístas y cadetes. La misma lluvia replegó su asombro.

El siglo XX supo de la generación del 28 que enfrentó a Gómez, la del 58 que aventó a Pérez Jiménez, la del 68, envuelta en la bandera de la renovación universitaria, y la de los 80 de los sin-cupos y el ensangrentado medio-pasaje estudiantil. El siglo XXI marca la unión cívico–militar de estudiantes y cadetes. Siglo de azules boinas, utopía liceísta y sueños azules.