El nuevo fiasco de Unai Emery lejos de España y su despido del Arsenal
El vasco ha sido despedido tras una nueva derrota del conjunto londinense en la Europa League. Emery, que cosechó hasta tres títulos internacionales con el Sevilla, no convence fuera de España
by Christian GinerEl Arsenal ha despachado a Unai Emery. El entrenador vasco no continuará dirigiendo al club inglés tras la dolorosa derrota en casa contra el Eintracht de Frankfurt (1-2) en la fase de grupos de la Europa League. Así lo ha informado la entidad en un comunicado emitido este viernes. Desde que Emery llegó al Arsenal la temporada pasada su idea de juego no ha terminado de convencer en el Emirates Stadium. La idea de la dirección deportiva era que el club volviera a recuperar el esplendor de antaño y compitiera por cotas altas. Sin embargo, esto no ha sido posible. El curso pasado, el primero del técnico tras la salida de Arsene Wenger, finalizó quinto en la Premier y llegó a la final de la segunda máxima competición europea, donde cayó goleado ante el Chelsea de Eden Hazard por 4-1. Este año transita en la octava posición en Liga, fuera de los puestos nobles, lo que ha agotado la paciencia de la junta directiva. Lejos de España, Unai Emery sigue sin tener suerte en sus respectos equipos.
En su momento, Emery se la jugó cogiendo las riendas de un histórico de Inglaterra como el Arsenal. Tomar los mandos del club tras 22 años de liderazgo de Wenger era una ardua tarea, la más arriesgada de su carrera. Sus constantes fracasos en la Champions propiciaron anteriormente su marcha del PSG en 2018, el otro gran club internacional que dirigió tras arrasar con el Sevilla (tres Europa League consecutivas). El Real Madrid le apuntilló en marzo tras apearle de los cuartos de final en su propia casa, el Parque de los Príncipes, ya con Neymar en sus filas. Era la segunda vez consecutiva que los parisinos caían con estrépito ante un conjunto español. Antes, en 2017, protagonizaron sin querer la deblace europea por antonomasia frente al Barcelona, que les remontó un 4-0 en el Camp Nou. Emery ya quedó muy tocado ahí y ante el club blanco firmó su sentencia. Había conseguido títulos en Francia, pero no las metas marcadas por la entidad en el viejo continente. El objetivo de Al-Khelaïfi, presidente, siempre fue levantar la 'orejona'. Emery abandonó Francia por voluntad propia, pero de mutuo acuerdo con los mandamases. Su juego vertical no terminó de calar y tampoco supo gestionar los egos de un vestuario repleto de estrellas.
Varias claves de su despido
Así las cosas, llegó a un Arsenal que se enfrentaba a un enorme vacío tras la marcha de su figura más respetada: Wenger. El fútbol de toque del entrenador francés dio paso al estilo totalmente opuesto de su sucesor. A pesar de la enorme diferencia, los resultados llegaron: 22 partidos estuvo el vasco sin conocer la derrota entre todas las competiciones. Aquello le valió para llegar a la final de su querida Europa League, pero el Chelsea de Maurizio Sarri acabó pasándole por encima. En esta segunda temporada el equipo no ha terminado de arrancar, consumando el peor inicio de curso desde hace más de 35 años (1982/1983). La entidad lleva cinco encuentros sin conocer la victoria y marcha octavo en Liga, a ocho puntos de la Champions. La inversión efectuada este pasado mercado estival obliga al club a terminar dentro de los cuatro primeros. Si no lo consigue, es probable que jugadores de la talla de Aubameyang o Lacazzette decidan marcharse. El Arsenal lleva tres años sin pisar la máxima competición internacional y no puede permitirse otro curso igual. Actualmente, la entidad camina por el desierto y el miedo a que no se cumplan los objetivos ha precipitado el despido de Emery.
Pese a que el entrenador tenía ganas e ilusión por remontar el vuelo, la realidad es que su forma de entender el fútbol no ha cuajado. La defensa es un caos absoluto. Los jugadores no han sabido interpretar sus instrucciones. Emery es un entrenador 'dicharachero', analista y al que le gusta estar constantemente encima del jugador. Muchos futbolistas no han tenido la química suficiente con él y han desistido a la hora de aplicar sus conocimientos sobre el campo. La polémica entorno a Granit Xhaka tampoco le ayudó. El capitán del Arsenal tuvo que entregar el brazalete tras reaccionar de malas maneras al ser sustituido en un partido contra el Crystal Palace. Aquello enfrentó al jugador contra su afición y el español decidió actuar retirándole la capitanía y apartándole un mes. Aubameyang se hizo entonces con el encargo y el vestuario se dividió. El técnico no fue capaz, como ya le pasara en el PSG, de aplacar los ánimos. Al final, los seguidores del Arsenal también la tomaron con él, consecuencia de los malos resultados que se iban encadenando, y pidieron su dimisión con pancartas escritas en las gradas. Emery no pudo revertir la situación y las consecuencias le llegan ahora. Sin duda, otro fiasco lejos de casa. El tercero si sumamos su breve etapa en el Spartak de Moscú (2012).
La carrera de Emery en los banquillos despegó muy pronto, con el Lorca en 2004. Al conjunto murciano lo ascendió a Segunda División y estuvo muy cerca de meterlo también en Primera el curso siguiente. Sí lo consiguió con el Almería en 2007. El equipo andaluz concluyó el año de su debut en la máxima categoría de nuestro fútbol en octava posición, el segundo mejor debutante en toda la historia de la Liga (52 puntos). Su excelente trabajo le valió para fichar por el Valencia, una aventura ya importante donde rindió a buen nivel, clasificando al equipo para la Champions durante tres temporadas seguidas. Luego llegó el paréntesis de Moscú antes de su vuelta a la península para encumbrar al Sevilla entre los mejores del continente con tres Europa League consecutivas. Una barbaridad. El vasco también se quedó muy cerca de levantar dos Supercopas de Europa y una Copa antes de poner rumbo a París, donde a pesar de los grandes resultados domésticos no cumplió las expectativas. Emery sale ahora también del Arsenal cabizbajo, con la sensación de no haber tenido tiempo para desarrollar su proyecto. ¿Volverá a España o continuará acumulando experiencias en el extranjero?