Presidente chileno, Sebastian Piñera, debilitado busca frenar actos vandálicos

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SANTIAGO. Uno de los supermercados saqueados la noche del pasado martes durante las protestas que ya suman 42 días desde que estalló la crisis. AFP

Santiago -

El Gobierno chileno se reunió por primera vez con organizaciones sociales desde que estallaran hace 42 días multitudinarias protestas contra sus políticas, con episodios de violencia y saqueos que no cesan, y sin un final a la vista.

Representantes del gobierno del derechista Sebastián Piñera y de la llamada Mesa de Unidad Social, que coordina a 200 organizaciones sociales, sindicales, educación, entre otras, se reunieron para intentar poner fin a las manifestaciones.

“Hemos sido muy claros en que no estamos disponibles para una negociación a espaldas de la gente”, dijo Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores.

Sin líderes visibles, la Mesa de Unidad Social ha ganado terreno con llamados a paralización nacional que han derivado en jornadas de extrema violencia por varios sectores.

Las organizaciones plantean que el salario mínimo pase de los actuales 301 000 (374 dólares) a 550 000 pesos (664 dólares) y reemplazar el sistema privado de pensiones. La expectativa es que este sistema, impuesto en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y que entrega pensiones bajas, dé paso a uno de reparto, entre otras peticiones sociales.

El ministro de Interior y jefe de Gabinete, Gonzalo Blumel, dijo que se acordó un diálogo en torno a los temas prioritarios de la agenda social, cuyos ejes fundamentales son los ingresos de trabajadores, protección de empleo, acceso a la salud y los medicamentos, y la reforma de las pensiones.

La popularidad del presidente Sebastián Piñera ha caído al 12 %.

El Congreso, en tanto, debate varias reformas y leyes impulsadas por el Gobierno para un mayor control del orden público, como un proyecto para sancionar a los encapuchados que causan desmanes, junto a una propuesta que busca permitir a los militares resguardar infraestructura pública, sin necesidad de ser decretado el estado de emergencia.

Piñera llamó a los cuerpos policiales a enfrentar a un “enemigo poderoso e implacable”, al que culpa de la violencia.

Los ataques contra comercios continuaron en varios puntos de Santiago y otras ciudades. Entre ellos, la cadena minorista estadounidense Walmart ya suma 34 locales quemados y 18 completamente destruidos.

En medio de la revuelta social, según las autoridades, los delincuentes se han concentrado en los saqueos.

Varias estaciones del metro de Santiago debieron cerrar por incidentes en su exterior.

El clima de agitación volvió a arrastrar a mínimos históricos al peso, que perdió 1,1 % y cerró en 828,36 por dólar. (I)