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El festejo escarlata.
Foto: Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO

América vence a Santa Fe y jugará la final contra Junior

El cuadro escarlata se impuso 2-0 en la última fecha del grupo B.

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Duraron 11 años sufriendo. Sufrieron un descenso, el primero de un equipo grande en Colombia, y fueron los primeros en perder una promoción con un equipo de la B. Aguantaron un calvario de cinco años en el ascenso, perdiendo opciones increíbles para ascender. Hace tres años volvieron, pero no habían estado nunca tan cerca de pelear por una estrella. Por eso, los hinchas del América vivieron el partido de este jueves como un gigante desahogo.

Desde el segundo semestre de 2008, los rojos no estaban en una final de la Liga. Y lo lograron anoche, venciendo 2-0 a un luchador Santa Fe al que se le fueron las luces en cinco minutos.

Fue un partido polémico, luchado, muy marcado también por el arbitraje de Gustavo Murillo, quien cometió varios errores que influyeron en el desarrollo del juego. Y de lo que pasara en el Pascual Guerrero estaba pendiente el Deportivo Cali, que necesitaba ganarle por buena diferencia a Alianza Petrolera y esperar un empate en el otro juego. No pasó ni lo uno ni lo otro: en Palmaseca no hubo goles.

En cambio, en el Pascual pasó de todo. Y en eso tuvo mucho que ver Murillo, que ya había tenido dos fallas terribles, una en el primer tiempo, cuando no sancionó un penalti de Edwin Herrera a Michael Rangel, por un agarrón. Y otra, en el segundo, esta vez, por una falta de Herrera a Matías Pisano.

Pero faltaban más polémicas. Una, en el gol que puso en ventaja al América, en la que los jugadores de Santa Fe reclamaron un fuera de lugar de Matías Pisano, el anotador de ese tanto, a los 24 de la segunda etapa. Cuando Michael Rangel saltó a cabecear para darle el pase, Carlos Arboleda retrocedió y dejó habilitado al argentino. En esa, Murillo acertó.

La gran polémica

Tres minutos después vino la jugada que sacó a Santa Fe del partido: pelotazo largo de Nicolás Hernández, Maicol Balanta fue a pivotear una pelota, un zaguero del América rechazó, Jhon Velásquez tomó el rebote y puso a Balanta mano a mano con Neto Volpi. La pelota entró pero después de unos segundos, Murillo anuló la jugada. ¿Por qué? Porque en la primera acción, Balanta estaba adelantado. El problema es que el asistente de oriental, Wílmar Navarro, levantó la bandera y luego la bajó. Al rato llamó a Murillo y le avisó.

Si Navarro hubiera dejado la bandera arriba no habría pasado lo que vino después: protestas airadas de todo Santa Fe, dos expulsados en el banco visitante (Juan Daniel Roa y Ántony Otero) y otra lluvia de amarillas. Y ahí Santa Fe perdió la concentración. En la siguiente jugada, el portero Neto Volpi sacó largo y Michael Rangel remató desde el borde del área para vencer a Leandro Castellanos. Ese gol fue en fuera de lugar.
A partir de ahí, el DT de Santa Fe, Hárold Rivera, se la jugó toda, metió hombres de ataque y atacó como pudo y cuando pudo. Pero ya la diferencia era imposible de remontar.

Fue un cuadrangular marcado por un nivel parejo de los tres aspirantes, con muchísimos errores arbitrales, pero en el que ninguno de los aspirantes a llegar a la final se le puede reprochar que dejó todo en la cancha. Santa Fe estuvo cerca del milagro. Pero el que lo logró fue América. Por eso sus hinchas hoy se ilusionan y esperan a Junior. El domingo van a Barranquilla. Y el 7 de diciembre volverán a casa. A lo mejor, para esperar una estrella.

JOSÉ ORLANDO ASCENCIO
Subeditor de DEPORTES
@Josasc